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El Barrio de Adri Contreras venció a Los Aniquiladores de Juan Guarnizo en la final de la Kings League en el Camp Nou. Al enterarme, dije lo de Tamames en el Congreso: «Esto no es un West Side Story a celebrar». El desplazamiento generacional es ... un fenómeno cíclico e inevitable. Y El Barrio y Los Aniquiladores no son como pudiera parecer bandas latinas. Lástima. Son los equipos finalistas de la Kings League de Piqué, que el fin de semana reunió en el Camp Nou casi al mismo número de gente que el último Barça-Madrid. Previo pago, no se crean. Parece que la final del campeonato que mezcla el futbito con el universo novedoso de los 'streamers' recaudó alrededor de dos millones de euros. La mitad es para el Barcelona. Quizás eso explica por qué Joan Laporta saltaba en el palco fuera de sí mientras se coreaba «madridista el que no bote». Que en toda reunión juvenil no lo suficientemente clandestina aparezca un adulto problemático dispuesto a enrollarse con la chavalería es otro fenómeno cíclico e inevitable.
Se insiste en que la Kings League es un hallazgo imparable que señala el futuro del fútbol, haciéndolo todo más espectacular, mostrándole al aficionado la tramoya del show y permitiéndole que intervenga en la toma de decisiones. Quién sabe. Yo he visto algún partido y me ha parecido aburrido, como un campeonato universitario de fútbol sala que incluyese algunas pirotecnias lúdicas y una novedad que jamás se vio en un campeonato universitario: equipos con miedo a perder. Hay además en la Kings League algo incómodo que tiene que ver con un millonario de mediana edad y máxima ambición inmiscuyéndose en un universo juvenil que mezcla de un modo particular el gamberrismo y la sentimentalidad. Pero puede que el fútbol esté efectivamente cambiando y que los partidos del futuro se inicien con los presidentes tirando un penalti que cuenta. Imagínense Laporta si se ha alargado la comida de clubes. Como Sócrates, de tacón. No hay que preocuparse. En el fondo las cosas solo cambiarían de veras si dejasen de cambiar. Así que el Spotify Camp Nou acogió la Kings League de Infojobs. En la frase anterior solo el verbo no tiene patrocinador. La revolución encabezada por Gerard Piqué no tardará en solucionarlo.
Gobierno
Pedro Sánchez necesitó ayer más de diez minutos para anunciar el relevo en dos ministerios. Lo hizo porque la glosa de los logros de las ministras salientes rozó la epopeya y porque, ya puestos, aprovechó la intervención, sin preguntas, para recordar los méritos del Gobierno frente a la sucesión de vendavales y aventurar lo que podrían hacer con el viento a favor. Antes que la reforma de las pensiones, el país necesita un pacto por el laconismo. Ayer habría bastado un cuarto árbitro con una de esas pantallas: «Salen Maroto y Darias, entran Gómez y Miñones». Los nuevos ministros acceden al cargo y al privilegio cuando faltan como mucho ocho meses para las elecciones. Yo lo primero que haría sería redecorar el despacho. Y lo segundo dimitir, probablemente en septiembre, tras las vacaciones, alegando que me está pasando factura el esfuerzo y que soy un jugador de equipo que sabe dar un paso atrás si no está al cien por cien.
Escocia
El nuevo líder del independentismo escocés es Humza Yousaf, musulmán, hijo de pakistaní y keniata y de Glasgow de toda la vida. «Somos la generación que traerá la independencia», prometió ayer como William Wallace. El nuevo líder del SNP proclamará igualmente la incompatibilidad entre escoceses e ingleses cuando se vea con el 'premier' británico, Rishi Sunak. Aunque antes le preguntará amablemente por su padre, que también es de Kenia, como su madre. No sabrán dónde meterse los puristas genealógicos al otro lado del Canal.
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