Jugadas dudosas

Cabe suponer que la irrupción de la Guardia Civil dirigida por un Juzgado de Primera Instancia y la Fiscalía Anticorrupción no impidió que ayer en la Federación se siguiese trabajando sin descanso por el deporte, el juego limpio, la integridad, la transparencia, los clubes modestos y ahora también las niñas que sueñan con ser futbolistas. Lo que sí se impidió fue que la comisión gestora del organismo convocase las famosas elecciones que tienen pendientes. Normal. A ver qué gerifalte del fútbol español se acercaba por allí estando desplegados los agentes. Demostrando esa severidad suya indistinguible del sarcasmo, Gianni Infantino (acaban de subirle el sueldo un 33%), avisa de que la FIFA ya ha sido inflexible antes con otras federaciones envueltas en asuntos turbios. ¿Lo ven? Lo avisó Rubiales cuando la prensa comenzó a sacar lo de los contratos con Arabia Saudí y las comisiones con Pique, defensa que demostraba su polivalencia jugando la Supercopa y negociándola. «Os lo vais a cargar», dijo entonces el presi. Parece confirmarse que solo se equivocó en la persona del verbo. Entre los detenidos ayer, varios de sus hombres de confianza. Hay a quien parece sorprenderle mucho que Luis Rubiales esté en República Dominicana, pero seamos serios: lo raro sería que estuviese en Kirguizistán.

Hemos llegado demasiado lejos con lo de confiar en uno mismo. Lo digo porque, tras no lograr que le aprueben en el Parlament los presupuestos de 2024, Pere Aragonès se ve repentinamente con capacidad para sacar adelante en el Parlamento español un sistema de financiación singular para Cataluña que rompa el régimen común y sitúe en la estructura misma del Estado justo el principio distributivo que se niega en el IRPF del ciudadano: lo justo es que los ricos se ocupen de su dinero. Que Aragonès explique el nuevo sistema como paso previo a la independencia demuestra que su plan no tiene fisuras. Trasladado al mundo de la pareja, es algo así: te obligo a reformar infernalmente el piso antes de irme de casa. El plan de Aragonès sí tiene un flanco molesto y el PNV ya protesta por las referencias al Concierto. El candidato Pradales exige «escrupuloso respeto» y recuerda los clásicos: el Gobierno vasco asume unilateralmente el riesgo del sistema y los catalanes no se atrevieron a aceptar algo similar en 1978. Menuda matraca. En términos autonómicos, un país serio funcionaría con el Cupo vasco como con Excálibur: el que pueda explicarle a Pedro Luis Uriarte cómo se calcula se lo queda.