Gurús de combate

Hay que entender a Zuckerberg. Lleva el pobre sin intervenir dramáticamente en la política occidental desde lo de Cambridge Analytica. Y estos días ve cómo Elon Musk estrena en la vida estadounidense un papel sin precedentes: el de amigote presidencial y agitador de democracias exteriores. Al final, el lucrativo juego de estrategia no transcurre en el Metaverso sino en el mundo real y Zuckerberg quiere participar. Para hacerlo tiene que amigarse con Trump, a quien silenció tras el asalto al Capitolio, y también con Musk, a quien desafió a un combate de artes marciales mixtas.

Que el modo de hacer ambas cosas pueda ser tan simple como fichar a Dana White, el tipo calvo de la UFC, confirma que la nueva realidad es con frecuencia indistinguible de la parodia y que Charlie Brooker y los hermanos King no escribían en sus series guiones sino profecías. También que Europa va a tener que defenderse. Y que no bastará con reclutar soldados. Estamos más que acostumbrados a que los gobiernos críen y engorden opinadores afines, colocándolos en los medios y premiando después a los que demuestren niveles mayores de impudicia y servilismo, pero nunca hemos visto que suceda algo así a una escala nueva y descabellada. Trump está comprando a la vista de todos la tecnología propagandística más letal y evolucionada del planeta. Los ensayos nucleares de la influencia se desarrollan ya en países extranjeros.

El Gobierno anunció ayer la creación del comisionado para lo que la voz popular llama el 'Año Franco' y que se llama en realidad 'España en libertad. 50 años'. También que al frente estará la historiadora Carmina Gustrán. El real decreto aprobado ayer por el Consejo de Ministros establece que entre las responsabilidades de Gustrán está «elaborar el programa de actividades de la Administración General del Estado que conmemoren 'España en libertad. 50 años'».

Es bueno dejar la programación en manos de expertos. Como Gustrán fue nombrada ayer, puede que tarde unos días en ocupar su puesto y comenzar a pensar qué hacer. Quizás entonces descubra que hace un mes el presidente del Gobierno ya anunció personalmente que se iban a hacer cien actos, que se sabe que uno va a ser en Auschwitz y otro en Mauthausen y que hoy mismo hay un acto en el Reina Sofía en el que Pedro Sánchez volverá a ignorar olímpicamente el pequeño detalle historiográfico: tras la muerte de Franco, lo que conoció España no fue la libertad sino el Gobierno de Arias Navarro. Los golpes que escuchan son los omnipresentes y feroces estrategas. Llevan un mes intentando con urgencia que la historia les encaje en la agenda. A patadas.