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EFE
Giorgia queridísima
Furgón de cola

Giorgia queridísima

9-J ·

La aritmética electoral suaviza aún más el perfil ultra de Meloni

Sábado, 25 de mayo 2024, 00:01

Cuando Giorgia Meloni ganó las elecciones, María Jesús Montero aseguró que la preocupación era enorme entre «los demócratas del mundo, de Europa y de España». Lo recuerdo porque la gradación fue tan cinematográfica que deseé que la ministra apurase -mundo, Europa, España, Sevilla, Triana, calle ... Pureza- hasta llegar a un demócrata en concreto que estuviese en su casa viendo la tele y rompiese, por lo preocupante, a hablar en italiano: «Molto preoccupato!» En aquel momento, en España discutíamos si Meloni era ultraderechista, neofascista o populista, mientras los conocedores de Italia advertían de que igual no convenía dramatizar. Cinco meses después, Pedro Sánchez visitó Roma y reveló que el tratamiento correcto para Meloni no era 'ultraderechista', sino 'querida'. Moncloa explicó entonces que la relación entre los países debe de estar por encima de quienes ocupan los gobiernos. Es curioso recordarlo ahora que, pongamos por caso, la ministra de Igualdad define al presidente de Argentina como una hiena en la selva, generando la lógica preocupación ambientalista: ¿pero qué hace una hiena fuera de la sabana?

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