
Gestos y carteles
Congreso ·
Los populares pasan de no leerse los papeles a exhibir los cartelesSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Congreso ·
Los populares pasan de no leerse los papeles a exhibir los cartelesSe trabaja sin miedo el simbolismo en el equipo de Feijóo. Por eso, el martes pidió perdón por el fiasco en la comisión de Justicia ... desde una guardería de Guadalajara. ¿Qué otro escenario podría transmitir más inocencia? El problema fue que veías al líder de la oposición disculpándose con los carteles infantiles detrás y te lo imaginabas sentado en un pupitre pequeñito. «¿Pero cuántos años lleva este hombre sin pasar de curso?», te preguntabas. Como los estrategas de los partidos son frecuentemente indistinguibles de los conductores suicidas, lo de ayer consiguió ser mucho peor. Para transmitir inocencia respecto a una posible excarcelación de Txapote, lo que le pusieron al lado a Feijóo fue directamente a Mari Mar Blanco. Su entrada en el Congreso mientras intervenía Pedro Sánchez se pretendía irrebatible y fue desoladora. Además de la imposibilidad del mínimo decoro, confirmaba que el PP aspira a disimular su negligencia centrando en ella toda la atención.
Horas después, tras otra mañana de debate pedestre pero enfurecido, Miguel Tellado le preguntaba a María Jesús Montero por la calidad de vida de los españoles y sacó un cartel con las fotos de los doce cargos socialistas asesinados por ETA. Que si la dignidad, que si mirar a los ojos… Toda esa chatarra retumbante que poco significa a estas alturas. Y al instante el portavoz popular ya mostraba otro cartel, uno sobre los supermercados y el IVA. No se le habían borrado a uno de los ojos los rostros de Fernando Buesa o Isaías Carrasco y Tellado emitía en exactamente la misma frecuencia indignada: «Usted le ha subido el IVA a la pasta, le ha subido el IVA a la leche, a los huevos…». El milagro que salva al PP de sí mismo consiste en que su labor sea en el fondo innecesaria, ya que al Gobierno la fragilidad se la señalan y explotan sus propios socios. La paradoja se ha extendido de un modo llamativo al terreno parlamentario. Transformada en una especie de androide evolucionado que reproduce sin clemencia los discursos salmódicos y letales de Pablo Iglesias, Ione Belarra es hoy probablemente la mejor diputada de la oposición.
Juan Carlos I
En las grabaciones de las conversaciones entre Juan Carlos I y Bárbara Rey puede terminar saliendo cualquier cosa, pero será difícil que algo me guste más que ese momento en que la vedette deja de destrozar a Encarna Sánchez como un rottweiler del chismorreo para preguntarle al Rey si le pasa algo porque le oye como suspirar. «No, estaba bostezando», contesta Juan Carlos I. Ya lo ven: incluso las aventuras que involucran a los personajes más poderosos y a las vedettes más explosivas terminan así, en formato sobremesa y partida de chinchón. Por supuesto, luego está lo de los dinerales, la ejemplaridad y la exposición inconcebible de la jefatura del Estado. Si Bárbara Rey obtenía información operando con la sutileza de tu tía la de Totana queriendo saber quién es la chica con la que se te vio en la verbena, qué no conseguirían Kissinger y el KGB. ¿Y el modo en que cierta historia de España desagua siempre en los programas de cotilleos? De verdad que es infalible. Ya tenemos al Rey Juan Carlos celoso al parecer de Paquirri y aterrizando en helicóptero nada menos que en Cantora, esa especie de Asgard donde confluyen muchas de las sagas más mitológicas del chafardeo nacional.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
El ciclista vasco atropellado en Alicante murió tras caer varios metros al vacío
Alejandro Hernández y Miguel Villameriel
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.