Lo de la vivienda ya va en serio. Pedro Sánchez presentó ayer doce medidas, algunas «sin precedentes», para combatir la emergencia habitacional que hace que se tambalee el quinto pilar del Estado del Bienestar. Sucede siete años después de aquella moción de censura en cuyo ... debate el mismo Sánchez señaló el problema del acceso a la vivienda como una urgencia social que su Gobierno no podía «omitir ni dilatar». Para no dilatar la emergencia, ayer el presidente recordó que la culpa la tiene sobre todo Aznar, que dejó La Moncloa hace apenas veinte años. Entre las medidas que ahora propone el Gobierno, incentivos fiscales, apretarles las tuercas a los pisos turísticos y limitar la compra de vivienda a los extranjeros no residentes. Todo se agrupa en tres «vectores»: más vivienda, más ayuda y mejor regulación. El último vector llega año y medio después de la aprobación de una Ley de Vivienda que se anunció como histórica y que igual salió regular por el lado de la regulación.

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Con motivo de aquella ley, se recordó que las competencias sobre vivienda son mayormente autonómicas. Y tanto que lo son. Como el poder autonómico está en manos del PP, los populares contraprogramaron al Gobierno y presentaron el domingo su propio catálogo de soluciones inminentes. ¿Ven como todo va a resolverse esta vez? Ayer se le preguntó a Feijóo por qué en sus comunidades lo de la vivienda está igualmente imposible y el líder de la oposición señaló con decisión la clave del asunto: la okupación. Sin abandonar el problema habitacional, yo quiero decir que lo peor de tener casa es que escuchas a los políticos y con frecuencia te dan ganas de lanzarte por la ventana. ¿He dicho ya que esta vez lo de la vivienda lo arreglamos? Pues la okupación puede ser clave porque Irene Montero, para apoyar al Gobierno, exige la ilegalización de Desokupa, brigada de amigos del anabolizante con la que han tenido una querella en la taberna Garibaldi. Nuestro debate público es muy completo: no solo es ineficaz sino que también da vergüenza ajena. La buena noticia es que el problema de la vivienda es complejo y decisivo, pero la política española que ha hecho todo lo posible por volverlo estructural se pone al fin a solucionarlo con la planificación, el rigor y la reflexión de un ejército vapuleado que se retira.

'Malinche'

Defensa adelantada

Lo mejor es no tener que verte frente a un juez. Es algo que por otra parte consigue la mayoría de la gente a lo largo de su vida. Pero, si no queda otra y hay que dar explicaciones ante un tribunal, imagino que lo mejor es verte en esa situación porque tus enemigos lanzan sobre ti acusaciones infundadas que atentan contra tu proceder intachable por motivos espurios. A partir de ahí, lo que diga tu abogado. Dejas que la verdad se abra paso. Y evitas que a los diez minutos de juicio el juez tenga ganas de lanzarte el mazo a la cabeza. Otra cosa que evitas es comportarte a las puertas del juzgado como un profeta apocalíptico. Pero puede que me equivoque y haya que hacer justo lo contrario. Nacho Cano fue ayer al juzgado por lo de los becarios de su musical 'Malinche' y, en lugar de llegar diciendo que confía en la Justicia y que está tranquilo porque todo se hizo bien, denunció una gran conspiración contra él. ¿De Andrew Lloyd Webber? No, de Pedro Sánchez. «Tú vas a por mí, pero yo no voy a caer», dijo el músico imantando periodistas y dirigiéndose al presidente del Gobierno. El miembro de Mecano sostiene que se le persigue porque es amigo de Ayuso. Otra opción es que suceda porque Sánchez es fan de Los Planetas.

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