Feijóo declaró este fin de semana la urgencia nacional, pero no desde un búnker en Génova, sino desde Córdoba, oh flor de España, «una de las mejores ciudades de Europa», donde el líder del PP reunió a sus presidentes autonómicos y pudo probar las cebolletas ... rebozadas con salmorejo del chef Rafael Ruiz, reciente Sol de la guía Repsol. Menos mal que cuando estalla el sistema pasa como cuando estalla el volcán: hay tiempo de comer de sobra. Feijóo se llevó al poder autonómico a Córdoba para firmar la 'Declaración de Córdoba'. Ni un cabo suelto ahí. La declaración son unos folios contra la corrupción del PSOE que mezclan la amnistía y a Koldo como si fuesen asuntos equiparables. Tras el breve fulgor noticioso, de la declaración quedará lo que de aquel plan institucional que Feijóo firmó hace un año en el Oratorio de San Felipe de Neri en Cádiz. Hace dos meses el líder del PP también reunió a su «núcleo duro» en un cigarral de Toledo. Puede que Feijóo dejase Galicia para hacer planes los fines de semana por ahí.

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La otra cosa que hizo Feijóo en Córdoba fue proyectar la idea de una caída del Gobierno que no está en su mano y que solo generará melancolía entre sus filas. Queda claro que la estrategia del PP no contempla que baste con la exacta descripción de los hechos cuando a Pedro Sánchez no solo le hacen oposición sus socios (Turull aseguró ayer que el regreso de Puigdemont relanzará el 'procés'), sino que se la hace su yo del pasado, apareciendo a cada rato para garantizar que nunca hará lo que su yo del presente acaba de hacer. Incapaz de la 'autorictas', el PP oscila entre el exceso apocalíptico y la ternura performativa. Entre mis ocurrencias favoritas, el comité de seguimiento del 'caso Koldo'. Es un comité estupendo. No se sabe para qué sirve, pero sí que se reúne «de urgencia» y genera material gráfico incomparable: Feijóo, Gamarra, Sémper, González Pons, todos posando con cara de afrontar los últimos acontecimientos, a veces de pie en torno a una mesa en la que hay periódicos y a veces sentados en una sala en la que hay una tele con el informativo de Telemadrid.

Windsor

Cortos de plantilla

En Inglaterra el Día de la Madre es algo así como el Domingo de las Madres y se celebra el cuarto domingo de Cuaresma, o sea, ayer. Con tal motivo, los príncipes de Gales publicaron en Twitter una fotografía de Kate Middleton con sus tres hijos. La princesa abraza en ella a sus dos hijos menores y es abrazada por el mayor. Todos sonríen. Esa es la buena noticia. La mala, quizás, es que Jorge, primogénito de los príncipes ya es un hombrecito y parece reírse como Nigel Farage. La naturaleza en el Reino Unido es así. Donde ayer había un ángel hoy asoma el 'brexiteer'. La noticia es por supuesto que los británicos han visto una imagen oficial de la princesa Catalina, que se sometió en enero a una cirugía abdominal en torno a la que se ha dado un extraño secretismo. Que la operación coincidiese con el diagnóstico de cáncer del Rey y con la ausencia de su hijo Guillermo en algún acto señalado dejó a los Windsor como cortos de plantilla. Fue la reina Camila quien cargó entonces sobre sus hombros el peso de la representación de la Corona. Y a los dos meses anunció agotada que se iba de vacaciones fuera del país, actualizando de un modo significativo el legado de la Reina Madre en el Londres del Blitz.

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