Extraños compañeros

Que Sémper lo situase ayer todo en el terreno del diálogo confirma que el PP afronta con ambición el desafío de contradecirse. A partir de ahora, para ellos habrá partidos que solo serán tóxicos cuando apoyen a los demás. Esto en el caso de Junts es extraordinario. Igual no falta mucho para que Feijóo se plante en Waterloo y le encuentre a Puigdemont el lado bueno. Qué discurso antológico el de ese día: «Creo que Puigdemont debería estar en la cárcel pero eso no quita para que hable con él de fiscalidad. Quiero quedarme, por tanto, con su lado más limpio y honesto: el convergente». Lo que sucede es por supuesto peligroso: desechada la palabra y los principios por su inutilidad táctica, la alternancia política se degrada hasta su versión peor. Esa en la que la única razón para votar a un partido es que no gobierne su alternativa. Pero qué más da. Borja Sémper habló ayer de la construcción de una alternativa con Junts y PNV y en esa ecuación parece entrar necesariamente Vox. Es, por tanto, una fantasía. Pero Bildu es en 2025 un partido de Estado al que se elogia por su responsabilidad. El refranero establece que la política hace extraños compañeros de cama. La política española avanza hacia unos límites de promiscuidad y desenfreno que harían saltar la luz de alarma en la conciencia de Nacho Vidal.

La explosión de un 'Cybertruck' de Tesla en la puerta de un hotel Trump de Las Vegas confirma que no debe de quedar ya mucho para que la realidad converja con la película de superhéroes. Si la opción parecía hasta hace poco inconveniente, va convirtiéndose en la mejor salida ante el buen momento que viven los supervillanos. Ayer las autoridades estadounidenses descartaron que la explosión del vehículo en Las Vegas -ciudad en la que por otra parte el miércoles debieron de suceder cosas incluso más increíbles- tuviese relación con el ataque previo en Nueva Orleans. Elon Musk descartó por su parte que la explosión tuviese relación con algún botón gracioso del 'Cybertruck'. Al parecer el conductor del vehículo lo había cargado con latas de combustible y cohetes. Se desconocen sus motivaciones. Para lo de la explosión y para lo de conducir un modelo de Tesla que parece diseñado para circular por un mundo inhóspito y posnuclear. A Musk no parecen gustarle los chistes a ese respecto, pero ayer estaba muy ocupado: tras apoyar a Alternativa por Alemania a mes y medio de las elecciones en el país, ahora defiende la liberación de un líder ultraderechista en Inglaterra mientras señala con su dedo acusador a Keir Starmer.