Diez mil kilómetros

Al ser vascólogos en ciernes, los estudiantes japoneses no pudieron captar todas las implicaciones de lo que el lehendakari dijo tan lejos de Ajuria Enea. Es una pena porque le lanzó un recado a Itxaso Atutxa, que habló el martes de adelantar las autonómicas a marzo. «No hace ningún favor dedicarse a esos ejercicios», reprochó Urkullu. Al ser los japoneses antidualistas por la cosa del zen, yo creo que les habría gustado advertir que ahí estaba la famosa bicefalia, la que en el PNV separa al Gobierno del partido de un modo infalible y exacto: siempre que conviene.

Lo curioso es que la presidenta del Bizkai buru batzar apostó por marzo para alejar las elecciones vascas de las europeas de junio y Urkullu también señaló la conveniencia de celebrar las autonómicas «al margen del ruido político que hay en Madrid». Lo del ruido de Madrid también habría que explicárselo a los japoneses. Es algo que estorba llegadas las elecciones, pero que entre medias sirve para que los tertulianos vascos se pasen el día hablando de lo que ha hecho uno de Vox en Almería, o sea, practicando el 'jogo bonito' a setenta metros de la portería de la gestión política local. Claro que eso al PNV ya no le funciona tan bien. Ahora conectas con Madrid y aparece Oskar Matute haciéndote el antifascismo. Por otro lado, las elecciones igual no las puedes poner en marzo porque te coinciden con la investidura en Madrid tras una repetición electoral. De todo esto mejor que los japoneses no sepan nada. No vayan a acometer los pobres el suicidio ritual.

Sé que termina 'Cuéntame' pero no tengo la menor idea de por dónde va 'Cuéntame'. Sucede porque la serie me da miedo. El miedo habitual a la ficción española, que se acrecienta esta vez con un terror mayor y distinto: el pavor cuántico. Lo diré claramente: nada bueno puede ocasionar el modo en que se están acercando al presente esos personajes que han sido nuestro presente en el pasado, semana tras semana. No descarto que en la última escena de la serie los Alcántara enciendan la televisión y salgamos todos los demás en ella, revelándose así alguna clase de verdad fenomenológica de la que yo al menos prefiero no estar al tanto. Además, el 'revival' ya me lo ofrece la actualidad. En las obras del TAV en Rentería han quemado una excavadora y han hecho pintadas contra la Ertzaintza. Han escrito 'cipallos', eso sí. Nuestra serie es malísima y no cuenta con la coordinación de guion de 'Cuéntame'.

Jada Pinkett, la mujer de Will Smith, lleva siete años separada del actor. Lo cuenta ahora que casualmente promociona un libro. Will Smith sabía lo de la separación. Creo. ¿Entonces que hacían juntos en la entrega de los Oscar de hace dos años, cuando lo del bofetón? Pinkett explica que ella allí no era pareja sino familia. Y teoriza la mujer sobre el amor que ni Pausanias en 'El banquete'. No se le entiende nada. Pero se entiende que Will Smith saltase a ese escenario. Lo raro en realidad es que no lo hiciese para que le pegasen a él.