Celedón mixto

No quiero ser alarmista, pero el imaginario vasco se tambalea ante el abismo. Y voy a poner el nombre clave sobre la mesa: Mari Domingi. Cuando regresamos del logos al mito de las políticas de género, se le creó al Olentzero una compañera. Y fue así. Y vio la comisión de ikastolas que era bueno. Pero ahora los blusas de Vitoria nos enseñan que la clave no está en el personaje sino en el 'casting' y que adaptarse a los tiempos habría sido permitir que las mujeres hiciesen de Olentzero. ¿Entonces qué hacemos con Mari Domingi? Como una muerte accidental podría traumatizar a una generación de niños vascos, propongo dos opciones. Una es que a Mari Domingi la interprete un hombre si a Olentzero lo interpreta una mujer. La otra, que Mari Domingi pase a ser la compañera de Celedón, que debería antes divorciarse, al ser con toda probabilidad un tipo, aunque juerguista, casado. Por eso se ha hecho la casa nueva.

Podría pensarse que el País Vasco debería probar también a poner a una mujer a interpretar el papel de lehendakari, diputado foral o alcalde de Vitoria, San Sebastián o Bilbao. ¿Pero acaso no es mejor ser así, tan ejemplar, simbólicamente? Por cierto, en la Semana Grande de Bilbao el pregonero puede ser una pregonera, pero la txupinera solo puede ser una txupinera. ¿Qué hacemos ahí? Aunque lo que de verdad me inquieta es cuánto aguantará Celedón con sus puros. Hay un cierto consuelo en que el heraldo dionisiaco siga desafiando a estas alturas al menos a una autoridad, aunque sea solo sanitaria.

En una maniobra de distracción sutil como el lanzamiento de un elefante en llamas contra una tienda de instrumentos musicales, Laporta denunció el lunes que el Real Madrid ha sido siempre el equipo «del régimen». El Madrid respondió a eso con un vídeo que se hizo viral al instante y daba cuenta de un Barcelona confortablemente instalado en el franquismo. Como el Barcelona no tiene que ver con ningún régimen, en su defensa ha salido directamente el Govern con el kit de jeremiadas de emergencia: insulto, indecencia, líneas rojas… En términos de decencia, no sabemos qué le parece a la Generalitat lo de que un equipo de fútbol tenga a sueldo al vicepresidente de los árbitros. Otra cosa que no sabemos es hasta qué punto se nos toma por idiotas. Ahora resulta que Santiago Bernabéu fue toda la vida de la CNT. Y que en Cataluña no hubo un alcalde franquista, pero ni uno, que en el 78 se hiciese automáticamente de Convergencia.

Con la inflación por las nubes y el euríbor disparado, esta Semana Santa los vascos han tirado de tarjeta como nunca. Un 13% más de gasto, el máximo de la serie histórica. ¿Dónde se ha gastado así, tan locamente? Sobre todo, en restaurantes y hostelería. La afición del país por la gastronomía es legendaria. El caso del notario vizcaíno penalizado con 510 euros por no acudir a un restaurante donostiarra en el que tenía reserva hace pensar en que, yendo un paso más allá, los vascos estén empezando a pagar dinerales incluso por no comer.