Amargo hogar

País Vasco ·
Según los datos, caen los desahucios y la ocupación ilegal no es tanta como parece

Pablo Martínez Zarracina

Lunes, 3 de junio 2024, 00:00

El lanzamiento es el acto final del proceso de desahucio y ya se ve que no es amistoso. Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, el país entero hizo un curso acelerado de desahucios y aprendimos cómo funcionaba lo de la comitiva judicial, el cerrajero ... y a veces también los antidisturbios y la Ada Colau más combativa y premunicipal. La buena noticia es que en el País Vasco los desahucios están en los números más bajos de la última década. El año pasado se realizaron 593, que son la mitad de los que se realizaron en 2017. La explicación tiene que ver con la protección legislativa a las personas vulnerables y con la enorme reducción de los lanzamientos por impagos de créditos hipotecarios. De la crisis de 2008 los bancos salieron aumentando los requisitos para conceder préstamos y con la convicción de que es mejor negociar que desahuciar y quedarse con un inmueble vacío. Incluso tras la subida del Euribor, hoy son los afectados por el alquiler los que protagonizan los lanzamientos en el País Vasco en un 87% de los casos. El temor a que un inquilino pase de pagar a no hacerlo y a no querer irse es un clásico entre los propietarios que complica aún más un mercado directamente disfuncional. Explican en los juzgados que el tiempo que suele pasar entre la denuncia y el desahucio es de cuatro meses.

La relación entre los datos y el miedo siempre es curiosa y los que aporta el Consejo General del Poder Judicial sitúan al País Vasco como la tercera comunidad con menor proporción de juicios por ocupaciones ilegales. Dos procedimientos por cada cien mil habitantes. 47 juicios el año pasado. Sin embargo, la ocupación es un asunto del que se habla constantemente y genera la clase de preocupación que incluso los políticos detectan para correr a hacer algo que se les da muy bien: concentrar grandes energías y dedicar aspavientos aun mayores para resolver problemas tirando a relativos o directamente inexistentes. Por más espectaculares e indignantes que puedan llegar a ser, los casos de ocupación no son tantos y se dan casi siempre en inmuebles vacíos que no son propiedad de un particular.

México

Votos y balas

De las elecciones en México se destaca que un país tan machista vaya a situar por primera vez a una mujer en el despacho presidencial. Se hace desde una extraña altura. Como si en otros países menos machistas como los vecinos Estados Unidos, o como España, la lista de presidentas del Gobierno fuese ya extensísima, inabarcable, multitudinaria. En realidad, lo sorprendente de las elecciones mexicanas es la violencia. ¿Cómo se pueden celebrar unas elecciones libres en las que los candidatos se juegan abiertamente la vida? En México lo hacen especialmente los políticos de ámbito local, que son de los que los cárteles obtienen mayores beneficios. Según el 'New York Times', treinta y cinco personas que aspiraban a algún cargo representativo han sido asesinadas en los últimos meses. En las elecciones federales de 2021 el número de asesinatos fue similar y López Obrador se felicitó tras los comicios de que todo hubiese transcurrido sin incidentes. La víspera habían lanzado cabezas humanas contra dos mesas electorales en Tijuana. Sobre la situación actual, el presidente saliente pidió calma el mes pasado con una frase inolvidable: «No hay más violencia, hay más homicidios».