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EFE
Alberto y el 'lobby'
Furgón de cola

Alberto y el 'lobby'

España ·

El escándalo cambia la dirección de la puerta giratoria del exministro Garzón

Jueves, 15 de febrero 2024, 00:03

Ha sido efímero el fichaje de Alberto Garzón por Acento, la consultora de José Blanco. Ayer por la mañana el exministro hizo un comunicado anunciando que no se incorpora a la empresa del otro exministro, lo que significa que no trabajará con el resto de exministros. No porque no quiera. Por el revuelo. Se conoce que Garzón, requerido por Blanco para la «prospectiva geopolítica», debía de prever como experto que en la política española su puerta giratoria pasaría desapercibida. Y que nadie recordaría su definición de las puertas giratorias y el 'lobby' de los demás: punta del iceberg del chantaje que ejerce el poder privado sobre los gobiernos.

El exministro de Consumo lamentaba ayer que la izquierda no sea menos prejuiciosa e inquisitorial. Que no lo sea con él en concreto. Y volvía sobre lo de los años dejándose la salud en la política, sobre el enorme sacrificio. Cuando en noviembre dejó la primera línea, ya escribió lo siguiente: «He visto el abismo muchas veces durante todos estos largos e intensos años». Qué manera de sufrir. Se imagina uno a Garzón en lo más profundo del coche oficial afrontando el horror como el coronel Kurtz en lo más profundo de la selva de Camboya.

Hasta parece normal que quisiese disfrutar ahora un poco en el cielo de la influencia de Pepiño. Y es una lástima que no lo haga. Garzón escribió un ensayo titulado 'Por qué soy comunista' y su continuación -'Por qué soy también lobista'- habría sido en mi opinión uno de los títulos del año. Hay que reconocer además el mérito de José Blanco. En España, lo que el Parlamento separa lo une su consultora. En Acento sí hay armonía entre PSOE y PP. La incorporación de Alberto Garzón, primer ministro de Izquierda Unida, habría sido otro logro de fraternidad. Es curioso: el abrazo emocionado y transversal de Juan Genovés debe de estallar ahora en la sede de Acento cuando llega el contratazo con la empresa necesitada de influencia en las altas instancias. «¿Pero alguno conoce a un ministro?», se preguntarán entonces los exministros, llorando de risa, en plan broma recurrente.

Indonesia

Baila, candidato

Preocupa el poder de TikTok para propagar desinformación y la plataforma anuncia medidas para que los usuarios puedan distinguir los hechos de la ficción de cara a las próximas elecciones europeas. Sucede después de que en las elecciones de enero en Taiwán se detectase una campaña masiva que iba más allá de las 'fake news' y, a través de la inteligencia artificial, multiplicaba imágenes tan creíbles como ficticias y ponía en labios de políticos discursos falsificados. Que TikTok, tecnología china cada vez más prohibida en teléfonos oficiales de Occidente, bombardee a gran velocidad cerebros principalmente juveniles transforma la aplicación en un arma poderosa. Incluso sin falsificaciones. La sociedad argentina sufrió una especie de shock colectivo en octubre, cuando los jóvenes revelaron que al político despeinado sí lo conocían porque les salía todo el rato en el móvil y la rompía entre la fauna de TikTok. Ahora en Indonesia ha ganado las elecciones Prabowo Subianto, un militar de pasado siniestro que, para un porcentaje enorme y juvenil de los electores solo es el abuelito bailarín y bonachón que grababa vídeos que oportunamente se volvían prestigiosos, o sea, virales.

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