Abuela y madre

No sé cuántas portadas anulan el silencio que merece cualquier madre que ha visto morir a su hijo, pero las portadas desde luego no ayudan. Se aclara en 'Hola!' que es tanta la dedicación que Ana Obregón está poniendo en esto tan extraño de ser la madre de su nieta que hace semanas que no va a la peluquería. Mientras tanto, la revista 'Lecturas' ya ha localizado en Miami a la madre que gestó al bebé. Y ahí van las fotos. Los profesores de Bioética del país deben de estar en vilo a la espera de lo que pueda hacer en las próximas horas 'Diez Minutos'. La niña de Ana Obregón se llama Ana y ya se ve que son muchos y enrevesados los problemas que uno puede tener encima llevando apenas unos días en el mundo. Dice la presentadora que solo admite que opinen sobre lo que ha hecho aquellos padres que como ella han enterrado a un hijo. De verdad que no parece sensato arriesgarse a que eso ocurra. Y a que la comparación baste para que se aclare en un instante cualquier duda posible.

Respecto a los abusos sexuales, la Iglesia muestra una curiosa ambivalencia que permite que un obispo no encuentre las llaves del archivo mientras el Papa habla del asunto en un documental de Disney dirigido por Jordi Évole. Un documental doblemente bondadoso. Resulta en cualquier caso interesante ver a Francisco agradecerle la valentía al joven vizcaíno que denunció a su profesor en el colegio Gaztelueta. «Hace falta tener pantalones», dice el Papa. Y parece que cumplió su promesa de revisar el proceso canónico que absolvió en su momento al profesor. Para hacerlo, Francisco muestra interés en la sentencia de la justicia ordinaria. Qué curioso. Como método de funcionamiento parece en cualquier caso complicado. Me refiero a que la víctima tenga que llamar a Roma y pedir que le pasen con el Papa, por favor.

Contraponer la seriedad de St. Andrew's House con la escandalosa chifladura de Downing Street ha sido una baza tradicional del independentismo escocés. Tampoco era difícil. Hemos visto a una primera ministra inglesa competir en consistencia con una lechuga. Al lado de eso, Nicola Sturgeon era necesariamente una líder descomunal. Por eso sorprendió su dimisión en marzo. Ya no sorprende tanto: han detenido a su marido por la desviación de fondos recaudados en la campaña para un segundo referéndum de independencia. El SNP garantiza que van a colaborar plenamente con la justicia. No hablan de persecución ni de ataque al pueblo escocés. Aficionados. Todavía tenemos que enseñarles a pronunciar 'lawfare'.