Oficinas y terrazas

Erkoreka explicó ayer también que los funcionarios que tengan hijos menores de catorce años y no puedan dejarlos a cargo de nadie continuarán sin ir a la oficina. El anuncio es importante. En primer lugar, porque a los hijos adolescentes de los funcionarios se les abre la posibilidad de quedarse solos en casa, pudiendo así dedicar su jornada escolar, ya sin intromisiones paternas, a lo importante: chats de sentimentalidad hiperhormonada, expolio del armario donde la autoridad genealógica esconde las patatas fritas y sesiones de Play Station que solo se abandonan cuando sobreviene el ataque epiléptico.

En segundo lugar, lo de los niños tiene importancia porque es algo obvio que no todo el mundo parece estar teniendo en cuenta. Del mismo modo que Billy Wilder tenía a la vista una nota que le obligaba a pensar en cómo lo haría Lubitsch, los gobernantes que ahora trabajan en el regreso a la normalidad de los distintos trabajadores del país deberían escribirse la siguiente pregunta en la mano: «¿Y cómo van a arreglarse con los niños?».

Responder a eso de un modo efectivo sería hacer las cosas bien. Los niños son lo más importante de nuestra sociedad. Están un escalón por encima de los bares. Volviendo a lo imprescindible, los hosteleros se muestran confusos y enfadados con las condiciones de la reapertura. Ayer la consejera de Turismo les instó a no «precipitarse» comprando mamparas. Habría sido mejor explicarles qué tienen que comprar. Si conviene que cada cliente colabore llevando su propia mampara incorporada, que se diga. La gente es responsable y hará lo necesario. Muchos están deseando salir de casa para meterse de inmediato en un bar.

La Policía pilló al director gerente de Emergencias del Gobierno vasco en su segunda residencia de Castro el 21 de abril. La consejera Murga quiere «tener certezas». Bueno, parece cierto que el alto cargo estaba en Castro y no en su residencia habitual. A menos de que este alto cargo en concreto practique la bilocación y pueda estar en dos sitios a la vez. No es probable. Nekane Murga habría aprovechado para destacar la I+D vasca en movilidad. La consejera dijo ayer que decidirá sobre el alto cargo errante cuando tenga todos los datos. «Probablemente», añadió rotunda. Este periódico ha revelado que el gerente de un hospital de Barakaldo se sometió a una cirugía restringida por la alerta sanitaria. Escuchamos mucho estos días cómo se relaciona el cumplimiento de las normas con el esfuerzo de los servicios de salud. Ese «los llevaba a una UCI para que viesen...». Es una teoría bonita. También falsa, según parece.

Los dos metros de distancia deberían servir también para las comparaciones históricas. Le damos muy fuerte a eso. La crisis económica que se nos viene encima comenzó siendo peor que la de 2008, pero la semana pasada ya se hablaba de «escenario de posguerra». Qué necesidad habrá. Si bastan los datos. El parte diario de bajas por la enfermedad comienza a adquirir cierta liviandad rutinaria, pero ni así llega la calma. El miedo, ¿lo notan?, se traslada al parte, cada vez más diario, de empleos destruidos, caídas del PIB y aumento de la deuda.