Nubes y fascismo

Además de para poner a un vigilante en la calle, la investigación debería poner a un miserable frente a un juez. O a los que sean. Y que se les caiga el pelo. Los dos individuos de las juventudes de Esquerra que en 2007 enviaron a casa de Albert Rivera una foto atravesada por una bala de 9 milímetros fueron condenados a un año y diez meses y 2.500 euros de multa. Al no tener antecedentes, no fueron a prisión. Hace cuatro años, Rivera recordó aquello en la tele y sus declaraciones se le redirigieron a Gabriel Rufián, que estaba en la radio. Tras condenar «absolutamente» lo ocurrido, Rufián añadió: «Cualquier persona mínimamente informada podrá saber que, desgraciadamente, muchos políticos recibimos amenazas de todo tipo. La única diferencia es que quizá no lo decimos, más que nada por respeto, porque entendemos que son anécdotas dentro de la más absoluta normalidad».

Lo de la normalidad igual llega con los años. Balillas a la mar. Ojalá pasasen así, muy rápido, las elecciones en Madrid. Ayer, antes de comenzar a hablar en un mitin en Collado Villalba, Pablo Iglesias se fue rodeado de cámaras hacia los partidarios con paraguas que estaban fuera de la cubierta y dijo una frase para la historia: «¡Tiene mérito hacer frente a la lluvia, pero tiene más mérito hacer frente al fascismo!». En Podemos tienen ahora muy claro que la campaña consiste en hacer frente. Al fascismo, no a la lluvia. Un poco como en las generales de 2019. Como en las dos. Es curioso, Pablo Iglesias dio la famosa alerta antifascista en 2018 y desde entonces él ha perdido diecinueve diputados y Vox ha ganado cincuenta y dos. Llámenme loco, pero no parece funcionar. Si se trata de frenar a la ultraderecha, quiero decir.

El verano es un periodo tradicionalmente emparentado con las promesas, así tengan estas que ver con playas, viajes, verbenas, festivales, romances o los mismísimos Sanfermines. Una cosa seria, por tanto. Henry James aseguraba que 'verano' era una de las dos palabras más hermosas de la lengua. La otra era 'tarde', pero el sustantivo, no el adverbio. Cómo será de extraña nuestra situación que nos acercamos al verano y, como siempre, esperamos mucho de él, aunque está vez lo hagamos exactamente al revés, o sea, como nunca. ¿Qué le pedimos al verano de 2021? Pues no tanto surf y sangría como alcanzar la inmunidad de rebaño contra un virus respiratorio de origen zoonótico y 140.000 millones de euros provenientes de la Unión Europea. La directora de la Comisión en España asegura que saldrá bien, que en verano llegarán las vacunas y el dinero, todo a tiempo, nada tarde; el adverbio esta vez, no el sustantivo.

Dominic Cummings, exasesor estrella de Boris Johnson, está detrás de la filtración que apunta a que este pagó la reforma de su casa con donaciones. Atención a esto porque Cummings tiene información directa sobre el número 10 y es tan inteligente como extraño. Quizá recuerden a Benedict Cumberbatch interpretándolo en 'Brexit'. En el nuevo 'Spitting Image' (los 'muñegotes' ingleses) Cummings aparece como un marciano que lee cerebros ajenos y quiere comerse al bebé de los Johnson igual que quería Alf comerse al gato de los Tanner.