Borrar

Me parece a mí que el perro de Macron es un poco ‘macarrón’. El presidente de Francia lo rescató de una perrera y el animalillo tiene aire de vagabundo, de desinhibido ‘clochard’ que se ha colado en el Eliseo por todo el morro y ahora ... se dedica a pasear su descaro y su desfachatez por los opulentos salones del palacio. Yo hasta le veo ese punto entre altanero y desgarbado del difunto Serge Gainsburg. Y eso que no creo en la reencarnación... Lo que está claro es que al perro le han puesto de nombre ‘Nemo’ (no en honor a Pixar sino a Julio Verne) y él se lo ha tomado al pie de la letra: ya ejerce de capitán. La meadilla que echó junto a la chimenea de mármol del salón rococó en el que Macron celebraba una reunión con un grupo de ministros ha dado la vuelta al mundo. Y ahora, entre risas, todo el mundo se pregunta si ese animal rescatado perteneció de cachorro a un perroflauta o más bien es un agente aviesamente adiestrado por Sarkozy.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Nemo