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Narcóticos vascos

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Furgón de cola ·

En el aniversario del fin de ETA, Otegi se hace un lío con la sinceridad y los hormigueros

Jueves, 21 de octubre 2021, 00:05

Qué decepción. Arnaldo Otegi no es un gigante de la paz, sino un estratega al que la correlación de fuerzas obligó a resignarse a lo que decía Lenin en la carta aquella: cobrar la deuda por partes. O sea, que Otegi coge por la mañana ... el tono del foro social de gravedad permanente y ataca el «sentimiento sincero» y por la noche, ya con los suyos, explica que lo de la mañana sirve para ocupar el centro del tablero y dar una patada al hormiguero «en este pueblo narcotizado». Al día siguiente, se va a la radio y le pregunta al lehendakari por qué está enfadado si su pueblo está «muy contento», pero no por los narcóticos, sino por los sentimientos sinceros. Se puede ser, ya lo ven, un virtuoso del pecado.

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