Urgente Un incendio en un bloque de viviendas desata la alarma en Basauri

El jefe de la Inteligencia ucraniana, general de división Kyrylo Budanov, le ha revelado a un periódico de su país que Vladímir Putin sufrió un intento de atentado hace unos meses, al comienzo de la invasión, «por representantes del Cáucaso», así, en general. Hace diez ... días, el mismo general, que solo tiene treinta y seis años, le decía a Sky News que Putin sufre un cáncer en la sangre y será depuesto concretamente «la segunda quincena de agosto». Es difícil no ser partidario del general Budanov. Se llama Kyrylo y lo mismo ve claro el magnicidio que el golpe de Estado. Y lo cuenta muy animado. Normal. Nosotros también comenzamos viendo en Rusia la inminente insurrección ciudadana cuando detenían a aquellas personas que portaban un folio en blanco y estarán ahora ellos mismos blancos en Kolimá, la región rusa donde el invierno dura solo los doce primeros meses del año.

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A continuación, como si la geopolítica fuese una cuestión moral y la malignidad una explicación más lógica que el interés o el poder, comenzamos a verle a Putin el desequilibrio psicológico y la demencia, además del párkinson y el «andar del pistolero», síntoma que los expertos de la tele a veces relacionan con la enfermedad neurológica y a veces con el entrenamiento del KGB. Si se dan cuenta, practicamos con Putin el vudú colectivo. Tranquiliza, pero no sé si funciona. Y tampoco se sabe cómo, muerto Putin, Rusia va a convertirse al instante en país enorme y tolerante como Canadá y no en uno gobernado por alguien incluso peor. De estos pensamientos oscuros te sacan las noticias sobre Rusia desplegando delfines «entrenados militarmente» en el Mar Negro o sobre un perro llamado 'Max' que se ha pasado de las filas rusas a las ucranianas para detectar explosivos en el lado correcto de la historia, como si en lugar de un pastor belga malinois fuese un político español estándar.

Como la guerra no termina de ajustarse a nuestros presupuestos mentales, estamos empezando a no prestarle tanta atención. Se nos hace un poco larga. Y mira que el Papa dijo que el 9 de mayo, todo resuelto. Nadie habla con claridad de lo que puede pasar cuando llegue el invierno. Aburridos de la guerra de los tres meses, es mejor confiar en que a Putin le quedan dos telediarios.

TERRORISMO

Símbolos

Bilbao es la única capital vasca en cuyas calles no hay placas en recuerdo de víctimas del terrorismo. Covite lo solicitó y el alcalde se remitió al Foro por la Paz que funciona en la ciudad. Sin embargo, todo se ha resuelto antes y el Ayuntamiento se ofrece a colocar los símbolos en memoria de aquellas víctimas cuyas familias así lo deseen. Se lamenta con frecuencia que los jóvenes no sepan bien lo que supuso el terrorismo y algo harán unas placas que señalan con sencillez la irrupción de la peor barbarie en el paisaje cotidiano. Es bueno que las ciudades no funcionen como escenarios sino como palimpsestos: textos que se sobrescriben dejando un rastro de lo que existió. Tras colocar las placas, lo siguiente que deberá hacerse en Bilbao será por supuesto restaurarlas tras el inmediato sabotaje. De un modo categórico, indudable, automático. En realidad, no solo sirven esas placas para el recuerdo. También sirven para la convicción.

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SÁHARA

Las cuentas

Cuando llegó el volantazo en el Sáhara y el Polisario anunció el fin de los contactos con «el actual Gobierno español», el ministro Albares dijo que el Ejecutivo tenía abiertas las vías de interlocución. Después el ministro Garzón se reunió con el Polisario y la vicepresidenta del Congreso Gloria Elizo visitó a Brahim Gali y escribió un artículo lírico: 'Escuchar en el desierto'. Pues nada: del fin de los contactos se pasa a la activación de la amenaza. «Tenéis una cuenta pendiente y algún día tendréis que pagarla», advierte ahora el líder del Frente Polisario.

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