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Javier Pernía, deposita unas flores en recuerdo de Manuel Piñuel. Igor Aizpuru
Los mangas verdes de Iparralde

Los mangas verdes de Iparralde

Viernes, 27 de abril 2018

En tiempos de Felipe II, siempre llegaban tarde y se llevaron la fama y el modismo de «a buenas horas…» Unos siglos después, los mangas verdes de la Santa Hermandad, los cuadrilleros de Iparralde hacen lo propio: escenificar tarde, muy tarde, un final de algo ... que ni siquiera debió existir. La izquierda abertzale les llama para organizar el evento. Acuden también un foro de personas y una serie de hombres circunspectos, que a nivel mundial intermedian profesionalmente en asuntos de pistolas. El tinglado queda decorado con una escultura que representa el anagrama viril de una banda que ha asesinado a unas 850 personas a este lado de la muga; y le han puesto un nombre pretencioso: 'El Árbol de la Verdad'. La verdad se labra, se cuenta, se trabaja: no sabemos nada de 300 personas asesinadas por la banda homenajeada. ¿Nos va a contar ETA la verdad de esos atentados? Para las víctimas directas es importante saber quién, cómo y por qué, aunque no tenga explicación. Y llega la pregunta que cualquier persona sensible se haría: ¿No acaban de decir en su comunicado final que su actividad ha provocado mucho dolor y daño pero ya no tienen solución? ¿No se dan cuenta que montar ese monumento, con la fiesta alrededor, a la que hay que añadir la segunda parte del jolgorio, todo ello crea y recrea en las víctimas un dolor y una rabia que no se merecen?

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