Sampedro en octubre

También incluyen las jornadas todo un acontecimiento: el estreno mundial de una obra dramática inédita de 1938, De un autor desconocido, que nos descubre al Sampedro dramaturgo, como hace tres años la antología 'Días en blanco' nos descubría al poeta secreto que también fue a lo largo de toda su vida. Si la obra, correspondiente a los años de la Guerra Civil, tiene algo del aire de los poemas de esa época, en los que el escritor ofrece el testimonio de su vivencia de esa guerra civil cuyo horror conoció desde ambos bandos, quienes asistan al estreno en el teatro del Palacio Real de Aranjuez tienen el estremecimiento asegurado.

Se celebra en octubre este homenaje -que se complementa con un congreso en torno a Sampedro en su universidad, la Complutense- por una muy buena razón: a este mes alude por dos veces en su título la que quizá sea la obra más importante del autor, 'Octubre, octubre', un verdadero alarde narrativo en el que se atrevió a intentar la novela total. Más allá de la peripecia individual de sus personajes principales, la pareja formada por Luis y Águeda —luego Ágata—, los secundarios de lujo que los acompañan, como don Pablo y doña Flora, y el ficticio novelista Miguel, que da cuenta de cómo crea a los anteriores mientras su vida se derrumba, en 'Octubre, octubre' hay un fresco galdosiano de esa España que tan malparada salió de su conflicto consigo misma y una reflexión existencial sobre el deber de hacernos lo que somos. Iluminada por los clásicos y los místicos de diversas culturas -desde Ibn Arabi hasta Santa Teresa, desde Rumi a Ramon Llull- la prosa apasionada de Sampedro nos eleva muy por encima de la visión ramplona del materialismo imperante. Quien aún no la conozca, hágase el regalo de leerla.