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josé ibarrola
El llano en llamas

El llano en llamas

Vamos hacia una normalidad menguante, cuya pendiente será más o menos brusca en función de la capacidad de políticos y ciudadanía para afrontarla

Miércoles, 10 de junio 2020, 00:21

Uno desearía que cuando esta columna vea la luz la atmósfera política haya vuelto a la sensatez. El paso del virus al fango nos hunde en la angustia y convierte la política en un espejo negativo del ethos democrático. La combinación de tacticismo, histrionismo, histerismo ... y malas formas resulta funesta para la racionalidad y la racionalidad es el principal problema político porque condiciona el modo de abordar los demás. De modo esquemático aquí se apuntan tres órdenes de problemas: atribuciones, expectativas y deberes.

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