Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
De un tiempo a esta parte me ha dado por volver a ver, una vez más, películas que a lo largo de mi vida he visto bastantes veces. Son consideradas obras maestras o, sin serlo, a mí me gustan mucho. Y me digo: me sé ... esa película de memoria, pero venga, voy a volver a verla, una última vez. Luego, compruebo que no la recordaba tan bien y es muy placentera esa última vez, si es que de verdad lo es. Así, he visto de nuevo 'Master and Commander', 'Bajo el volcán', 'Círculo rojo', 'La jungla de asfalto', 'El ángel exterminador' o 'Lolita'. De John Ford, cuatro de sus obras maestras son mis favoritas: 'Las uvas de la ira' (la gran novela de Steinbeck la releí hace un par de años y fue muy buena idea hacerlo), 'Centauros del desierto', 'La diligencia' y 'El hombre que mató a Liberty Valance'. Las dos primeras las tengo pendientes, 'La diligencia' continúa siendo un prodigio de narración cinematográfica y 'El hombre que mató a Liberty Valance' la vi ayer con toda la fascinación que me proporciona el amor por el cine.
No recordaba que, por encima de varias cosas más, 'El hombre que mató a Liberty Valance' es sobre todo una apasionada defensa de la civilización contra la barbarie, que sintetiza el brutal matón Liberty Valance (es un guiño humorístico que semejante mala bestia que coacciona y avasalla a todo el que puede se llame Liberty). El camino a la civilización es el de un salvaje territorio hasta llegar a ser un Estado. Y los pilares de ese trabajoso proceso son la ley (encarnada en James Stewart, el abogado), la institución política, la educación y la libertad de prensa. La independencia y compromiso con la verdad del cuarto poder está representada por el íntegro y alcohólico editor y factótum del periódico local, que se juega la vida y casi la pierde por denunciar los crímenes de Liberty. Quizá con una cierta ingenuidad, pero con una admirable convicción, la esencia del tema de la película está en la escena de la clase, donde Stewart enseña a leer a niños y adultos y también que Estados Unidos es una república fundada sobre principios democráticos. Y en la pizarra se puede leer el lema que ha escrito el abogado: la educación es la base de la ley y el orden.
El 'deus ex machina' es Tom Doniphon (John Wayne), un tipo duro que no cree que allí sirva la ley, sino el revólver, y de hecho es quien acaba con Liberty de un balazo. Vencida la barbarie, de la manera que la historia enseña con frecuencia que es el único procedimiento para conseguirlo, Tom cree en el abogado y en que el futuro de la comunidad debe ser la civilización (por eso lo salva, o quizá es por afecto, o simplemente porque hay que librarse de Liberty), y al decirle la verdad, que no fue él quién mató al pistolero, lo exonera y le convence para que guíe ese camino hacia la legalidad y el orden.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.