Jugar en la frontera

Con lo fácil que habría sido acertar acordando alguna escenificación robusta. Si en los partidos de Estado no disponen de la experiencia o la inteligencia, les bastaría con fijarse en el tercer partido del país y hacer justo lo contrario. Desde el comienzo de la crisis con Marruecos, Vox, el partido patriota, se ha dedicado a algo tan poco patriótico como aprovechar una maniobra extranjera de desestabilización para desestabilizar el país personalmente. Y lo que viene. Ayer supimos que la solución de Abascal consiste en construir en Ceuta «un muro infranqueable». Es fácil imaginarlo analizando un mapa de África junto a Ortega Smith y diseñando la estrategia a seguir: «Rodeémosles».

No se sabe si sorprende más el trumpismo o la pereza. Porque hay que ser un trumpista muy perezoso para insistir con los muros y mostrar tan a las claras que vendes material averiado. Además de infranqueable, Trump prometió un muro «grande y hermoso» en toda la frontera con México. Al dejar la Casa Blanca, había construido 50 kilómetros de muro; el resto fueron arreglos en lo existente. México, que iba a pagarlo todo, no ha pagado nada. Y el presidente que más gente detuvo en la frontera sigue siendo, con diferencia, George W. Bush.

Ione Belarra trae fichajes para su candidatura a la secretaría general de Podemos: la actriz María Botto y el atleta Sotomayor, pero no el bueno, el cubano, Javier, el saltador; sino Roberto, el mediofondista madrileño devenido en tuitero de asalto. Es raro siempre esto de los fichajes. Hubo un tiempo en el que se justificaban por la necesidad de incorporar la sociedad a la política. Luego se vio que lo que al presupuesto se incorporaban solo los famosos: actores, deportistas, cantantes, presentadores… También toreros. Hubo una época en la que la política española necesitó muchos toreros. Por supuesto, que uno sea famoso no le impide ser buen político. Ahí están Ronald Reagan, Many Pacquiao o Cicciolina. En España, en cambio, el experimento no acaba de funcionar. Aunque Jesús Gil venía del fútbol y llegó a arrasar hasta en Ceuta y Melilla. Por si piensan que es ahora cuando tenemos la geoestrategia realmente complicada.

Rafael Bengoa fue al Parlamento vasco y dijo cosas interesantes. Por ejemplo, que con las vacunas no habrá más olas, aunque puedan darse brotes relevantes. Igual es la primera ocasión en que una de las voces autorizadas que va por libre se permite el optimismo. Ya solo falta que Margarita del Val lo vea mejorcito. Más difícil será que los gobernantes escuchen a Bengoa en su reclamación de transparencia y valor para trabajar con expertos independientes anteponiendo el conocimiento y la eficacia a la omnipresente comunicación política.