Hay comportamientos políticos que rezuman abundante interés propio, aunque el contexto y el escenario donde se practican puedan ser más que propicios a recibir todos los apoyos posibles. No cabe duda de que Ucrania y su presidente, Volodímir Zelenski, precisan de todo el apoyo político ... posible con las reuniones y declaraciones correspondientes de las instituciones internacionales y de cada uno de los gobiernos y parlamentos de países occidentales , el respaldo manifestado 'in situ' con la presencia física en la castigada capital ucraniana de Kiev y, sobre todo eso, lo que realmente cuenta es la financiación económica y el envío del armamento necesario para que los ucranianos puedan defenderse y contraatacar para recuperar el territorio perdido. Los aliados de la OTAN sopesan con mucho cuidado qué tipo de armamento envían a Ucrania para evitar que Rusia considere entrar en guerra también contra ellos y se pueda producir la tan temida escalada que incluya el arma nuclear.

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El resultado de esta estrategia es el elevado número de bajas que le cuesta a los ucranianos cada kilómetro reconquistado. Por eso, Zelenski reclama a sus visitantes, con todo tipo de tono y actitud, el suministro de aviones de combate F-16, sistemas antiaéreos y de ataque modernos con mucha más munición, y pone sus muertos encima de la mesa cuando se le habla del riesgo nuclear.

Resulta escaso que el presidente del Gobierno español y este semestre también del Consejo Europeo, Pedro Sánchez, ofrezca cuatro carros de combate Leopard más, a los diez ya suministrados, y un hospital de campaña. En el Parlamento ucraniano chirrían las bonitas palabras de Sánchez evocando el sueño de los invadidos de recuperar su libertad y la determinación europea de apoyar el tiempo que haga falta y sin importar el precio a pagar, con el anuncio de un nuevo paquete de 55 millones de euros, 51 de ellos financiados por el Banco Mundial, y prometiendo la adhesión a la UE de este país del este en el futuro y después de realizar las reformas. Y el colofón debería haber sido y cuándo y cómo termine la guerra.

La pregunta evidente es ¿puede hacer España mucho más por Ucrania? El caso es que en su frenética y continúa campaña electoral con fotos y entrevistas en cualquier lugar donde se pueda lograr un voto, la visita de Sánchez a Kiev, sin dudar del aspecto más positivo, se resume en el frío apretón de manos con Zelenski al final de la rueda de prensa. Un día antes quien utilizó Kiev como escenario electoral fue el exvicepresidente norteamericano Mike Pence, en la carrera por la candidatura republicana para las elecciones presidenciales del año que viene. Esta foto sí que tiene mucha relevancia.

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