Se cumplen siete años de la revolución que derribó a Gadafi pero Libia sigue sin salir del pozo. El régimen de Muamar Gadafi era demasiado personalista y su caída arrastró consigo a todo el aparato de gobierno, dejando tras de sí un vacío absoluto.
En la década de 1980, el coronel Gadafi intervino en las luchas internas de Chad, para apoderarse de algunos territorios en el norte de este país. Sin embargo los chadianos, mucho peor armados que los libios, peleaban mucho mejor y tomaron por asalto la base fortificada de Fada. Gadafi asombrado por la rapidez y contundencia de la derrota, envió 11.000 hombres con artillería, tanques, helicópteros, etc. El comandante en jefe de esta poderosa fuerza invasora era el coronel Haftar.
Los chadianos carecían de aviación, tanques o artillería pesada. Su armamento principal eran camionetas todoterreno, sin blindar, con lanzacohetes, ametralladoras pesadas o cañones sin retroceso en la plataforma. El líder chadiano, Hisene Habre, lanzó diversos ataques para empujar a los libios a dispersar sus fuerzas y dio resultado. Haftar envió 1.500 hombres que fueron emboscados y aplastados en la batalla de Bir Kora el 18 de marzo de 1987. Al conocer el desastre, Haftar repitió su error enviando un contingente de socorro que llegó justo a tiempo para ser aplastado también.
Haftar creyó que el objetivo chadiano era la ciudad de Faya Largeau y procedió a reforzarla, pero en realidad Habre planeaba atacar la base área de Wadi Doum, situada bastante más al norte. Allí estaba el propio Haftar, con 4.000 soldados, cuando el 22 de marzo de 1987 aparecieron 2.000 chadianos con sus todoterrenos artillados y tomaron la base entera en cuatro horas. Haftar fue capturado y al comprender que no tenía futuro bajo Gadafi tras aquel humillante desastre, se hizo opositor al régimen. Liberado en 1990, emigró a Estados Unidos donde vivió 20 años en Langley como huésped de la CIA y logró la ciudadanía norteamericana.
Ahora Haftar se autoproclama general y está a un paso de convertirse en el nuevo dictador. Le apoyan Francia, Gran Bretaña, Arabia saudí, Egipto, Putin y Trump. Sus teóricos jefes del HoR carecen de poder sin las milicias de Haftar, pero este sigue siendo el mismo incompetente de la campaña chadiana. Por eso la guerra se eterniza y cada agónico avance se logra mediante tácticas de arrasamiento que destruyen municipios o barrios enteros, a costa de la población civil.
Pero el verdadero problema llegará cuando tras muchos, muchos meses, Haftar logre conquistar una capital reducida a escombros y cenizas. ¿Alguien cree que este personaje será capaz de gobernar el país?
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