Una insensata guerra de aranceles
Editorial ·
El pulso comercial entre EE UU y China amenaza el crecimiento de la economía mundialel correo
Lunes, 13 de mayo 2019, 23:44
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El pulso comercial entre EE UU y China amenaza el crecimiento de la economía mundialel correo
Lunes, 13 de mayo 2019, 23:44
La irresponsable guerra comercial que protagonizan Estados Unidos y China es uno de los principales focos de la incertidumbre económica global. Se hace difícil encontrar ganadores de un pulso a todas luces insensato, más allá de la egolatría de Donald Trump y Xi Jinping y ... de los intereses electorales del actual inquilino de la Casa Blanca, inmerso en una permanente campaña. Pekín respondió ayer con una imposición de aranceles de hasta el 25% a una amplia lista de productos norteamericanos importados en respuesta a la subida anunciada la pasada semana por Washington para artículos del gigante asiático. El hecho de que ambas medidas no vayan a entrar en vigor hasta comienzos de junio concede un margen a los negociadores de ambos países que buscan un deseable acuerdo para la normalización de sus relaciones económicas, que sería un factor de estabilidad en una convulsa coyuntura. Pero el tono belicoso utilizado por ambos gobiernos en las últimas horas, con un intercambio de bravatas poco tranquilizador, no hace presagiar un entendimiento inmediato.
El choque entre el proteccionismo a ultranza de Trump, impropio de un mundo globalizado, y la adulteración de las leyes del libre mercado que está detrás de la agresiva política exportadora de China constituye un serio lastre para el comercio y para el crecimiento económico de todo el planeta. Es de desear que la trompetería desatada por las dos potencias sea un mero fuego de artificio que no impida un pacto necesario para alejar el fantasma de una brusca desaceleración global, muy superior a la que, junto a otros factores, ya ha desatado la batalla entre Washington y Pekín. Ni Trump puede empeñarse en reducir el millonario déficit comercial de EE UU con China con acciones de corta visión y peligrosas consecuencias ni Xi está en condiciones de mantener por mucho tiempo un órdago de esa entidad para mantener prácticas ventajistas mientras la economía de su país ofrece inequívocos síntomas de pérdida de fuelle y de necesitar un cambio de modelo. Es de esperar que la sensatez que ha faltado hasta ahora se imponga finalmente e impida males mayores.
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