Infierno en Bucha

Furgón de cola ·
La retirada de las tropas rusas revela ataques contra la población civil en las cercanías de Kiev

Pablo Martínez Zarracina

Lunes, 4 de abril 2022, 00:02 | Actualizado 01:25h.

Situada a treinta kilómetros al noroeste de Kiev, Bucha parece la típica ciudad residencial de cuya existencia no deberíamos haber sabido nunca, excepto quizá los devotos de Bulgakov: el escritor veraneó allí en su juventud. Sin embargo, la población ucraniana se incorpora a la geografía ... de la infamia. Tras semanas de ocupación rusa, la ciudad ha sido recuperada por el ejército ucraniano y los periodistas documentan un paisaje de devastación que incluye civiles muertos en las calles y el hallazgo de fosas comunes. Se informa sobre tortura, saqueos y ejecuciones. Los supervivientes deambulan entre barrios reducidos a escombros. El presidente Zelenski habla de genocidio y las autoridades de la Unión Europea y Estados Unidos lo hacen abiertamente de crímenes de guerra. Las imágenes de Bucha hacen pensar al instante en qué puede estar pasando allí donde los rusos no se repliegan, sobre todo en la masacrada Mariúpol, cada vez más aislada y con menos testigos.

Aunque parezca increíble, sigue habiendo quien, ante tanto horror, levanta con suficiencia la ceja geopolítica. La ideología consigue que lo primero que sientas ante un cadáver inoportuno no sea una mínima piedad sino la quemante certeza de que el muerto está fingiendo. El modo en que en nuestra época la desinformación y la conspiranoia se ha vuelto una forma de ideología es abrumador. Una encuesta del instituto IFOP concluye que en Francia el grupo social más permeable al discurso de Putin son, hasta en un 71%, los antivacunas.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos aplicó ayer algo de luz sobre la niebla de guerra. Desde el comienzo de la invasión rusa, las bajas civiles ucranianas ascienden a 1.417 muertos; entre ellos hay 66 niños identificados y 59 sin identificar. El número de heridos es de 2.038. La ONU advierte de que las cifras reales son «considerablemente más altas», pero aún no es posible recoger toda la información en los lugares donde los combates son más intensos. ACNUR cifra en 4,2 millones el número de ucranianos que ya ha salido del país. No sabemos cuándo terminará la invasión rusa de Ucrania pero sí sabemos que hay que ser muy iluso para pensar que entonces algo de todo esto quedará resuelto.

Educación

Adquisiciones

La nueva ley educativa establece que la evaluación sea «continua, formativa e integradora». Eso implica que las notas no serán numéricas sino verbales. «Adquisición excelente», califican ya en Cataluña. Tampoco se entiende el enfado rigorista. Como si no hiciesen más daño las palabras que los números. Lo raro en mi opinión es que en Cataluña no hayan elegido 'Adquisición asombrosa'. Así, el sobresaliente sería 'AA', abriendo la posibilidad de que la matrícula de honor fuese 'AAA': 'Adquisición asombrosa alucinante'. Aunque creo que prefiero la triple adjetivación. Es muy de Azorín. Y está de moda. Recuerden que la autonomía del Sáhara debe ser «seria, creíble y realista». Antes de ser 'Epi', a Juan Antonio San Epifanio su entrenador de juveniles le recomendó que dejase el basket porque era «lento, torpe y desacertado». ¿No es una forma estupenda de evaluar? Enséñame las notas. «Mediocre, irritante y fatigoso». Castigado, claro.

Smith

Retroceso

La bofetada de Will Smith tiene retroceso y al actor le ha paralizado, por ejemplo, la producción de otra entrega de 'Dos policías rebeldes'. No todo son malas noticias. Sí lo es que, una semana después, el incidente siga propiciando interpretaciones sesudas. La mejor definición de lo ocurrido la dio este fin de semana Colin Jost en el informativo del 'Saturday Night Live': «Un acto desgraciado que establece un terrible precedente y te obliga a defender a tu mujer en las entregas de premios». Además de cómico, Jost es el marido de Scarlett Johansson.