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Reconozcámoslo, en Bilbao la frase «Me voy a San Mamés» nunca ha sido un sintagma saludable. Si la frase se pronuncia uno de esos años en los que el Athletic practica un fútbol precario y se asoma al precipicio del descenso, en San Mamés le ... aguardan al bilbaíno grandes peligros de naturaleza psicológica y cardiovascular: depresión, infarto, hidrofobia, muerte súbita por penalti lanzado a la estratosfera.

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Si el Athletic está en cambio en uno de esos años en los que juega de fábula, apaliza a los grandes y ocupa puestos de Champions, el riesgo para la salud que el bilbaíno afronta yendo a San Mamés es, por supuesto, mucho mayor. Piensen en lo que supone recorrer Pozas en estado de profunda euforia. Piensen en todo lo que puede hacérsele al propio organismo en esos bares. En todos y cada uno de ellos, concretamente. Y dos veces. Una al ir al campo con toda la ilusión. Otra al volver del campo con la goleada a favor.

Por fortuna, desde ayer en Bilbao puede decirle uno a la familia que se va a San Mamés sin que la familia se asuste. Porque desde ayer cabe la posibilidad de que el bilbaíno vaya a San Mamés, pero no al campo del Athletic, sino al polideportivo de Bilbao Kirolak. Que está, eso sí, en el campo del Athletic. De hecho, el polideportivo forma parte de la compensación por el apoyo público a la construcción del nuevo estadio. La idea fue de Julia Madrazo. A Iñaki Azkuna le pareció bien. A José Luis Bilbao, «una ocurrencia».

Pues bien, la ocurrencia se inauguró ayer, apenas seis años después de la inauguración del campo, que se construyó en cambio en tiempo récord y con los trabajadores currando en festivos. Había que llegar sin retrasos al primer partido de Liga. El polideportivo de San Mamés es el undécimo de la red de Bilbao Kirolak. Flamante y modernísimo, cuenta con una piscina olímpica (y estrecha: tiene cuatro calles). También con spa, zona de fitness y hasta una zona de Prama, que, pese a tener ese nombre de periódico oficialista, es una forma moderna e interactiva de hacer ejercicio. Con luces y cosas. Yo imagino que te apuntas a lo del Prama y te pones en forma como Chris Hemsworth. Y la familia contentísima y con razón: ellos te enviaron a ti a San Mamés y San Mamés les devuelve a Thor. Del campo los días de partido solía regresarles más bien Olafo, el vikingo.

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