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Idiotas y desesperados

Idiotas y desesperados

Compramos mentiras. Qué difícil es gobernar y qué difícil es, aún más, ser padre

Viernes, 11 de septiembre 2020, 23:29

Gobernar no es fácil. No lo es en ningún momento, ni siquiera cuando tiene uno todo a favor. No sé si tal cosa ha sucedido alguna vez en la Historia, al menos en España, pero, por el bien del argumento, vamos a imaginarnos que sí. ... Es en esos momentos difíciles, quizás, cuando más complicado sea, porque cuando todo está de cara no sólo tienes que gobernar para el aquí y ahora, sino para el futuro, para construir, para cimentar y pavimentar lo que otros edificarán cuando no estés al mando. Y trabajar para otros no le gusta a nadie. Una vez un rey paseaba por el bosque y vio a un pobre viejecito que se afanaba en un surco. Se acercó a él y vio que estaba plantando nogales. Le preguntó por qué lo hacía y el viejecito le respondió: «Me encantan las nueces». El rey le dijo: «Anciano, no afanes tu encorvada espalda sobre ese hoyo. ¿Acaso no ves que cuando el nogal crezca tu no vivirás para recoger sus frutos?». Y el anciano le respondió: «Si mis ancestros hubieran pensado como vos, majestad, yo nunca hubiera probado las nueces». Esos gobernantes, que supongo que los habrá habido, no tenían que vivir frente a la tiranía del CIS, sino sólo frente a la sagrada dialéctica de la Historia, que no te respira en el cuello ni te hace control parlamentario.

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