Huecos primarios

La respuesta de la Administración es resignada. Como si las plazas MIR no las distribuyese el Ministerio o como si no dependiesen del Gobierno vasco las condiciones de trabajo en los centros de salud o la planificación general del sistema. Se traslada la idea de que faltan médicos porque las cosas son así, como si a la última cosecha de profesionales de Atención Primaria nos la hubiese matado la filoxera. La explicación alternativa la descubrimos ayer en el Parlamento vasco y es casi peor. Consiste en que el alto mando de Osakidetza se aferre a lo episódico ante un problema estructural y alegue que hay médicos que prefieren cogerse un año sabático o irse a ayudar al Tercer Mundo antes que ir a un ambulatorio con un sueldo digno y un contrato de larga duración. Cabe imaginar que a muchos de esos médicos la vocación les nacería precisamente en el ambulatorio, cuando su pediatra les regalaba el bajalenguas de madera tras examinarles la garganta. Pues algo muy serio falla si a los médicos terminan gustándoles más los órganos que los pacientes. Es muy raro que un niño se pare de pronto en medio de la calle y lo diga con total convencimiento: «Nefrólogo. De mayor voy a ser nefrólogo».

Desde que Feijóo cambió los atardeceres incomparables de Finisterre por el pozo lleno de cocodrilos de Madrid, Isabel Díaz Ayuso venía insistiendo en que su ambición política se limita a su comunidad. Cierto que también lo decía antes, cuando Casado, y entonces sonaba como ahora: a excusa no pedida. En realidad, Ayuso se sostiene sobre la confrontación con el Gobierno central y ejercer de lideresa de la oposición requiere puentear a Feijóo. Pues vamos a ello: ayer Ayuso anunció que recurre ante el Supremo el currículo de Bachillerato de la Ley Celaá. Por politizado. Por politizado por los otros y no por ella, se entiende. El movimiento confirma que los límites de la presidenta siguen estando más allá de la nueva dirección nacional del PP, donde entre otras cosas hay un nuevo secretario de Educación. «La representación de los ciudadanos trasciende a las siglas de los partidos», explicó ayer Ayuso, trascendiendo.

Las legislativas francesas han dejado a Manuel Valls fuera de la Asamblea Nacional. El suyo era un intento extraño en la órbita del partido de Macron. Valls fue primer ministro de Francia, que menuda pensión dejará eso, y terminó de concejal en Barcelona. Ayer, tras fracasar en lo de la Asamblea, se apresuró a anunciar que abandona… Twitter. «La vida es lo suficientemente bella para pasar tranquilamente las páginas», tuiteó antes. A continuación se pondría a seguir lo de Boris Johnson. No vaya a quedar ahí un hueco hablando él inglés como lo habla.