J. K. Rowling es libre (lo que tiene ser riquísima y no necesitar vender más libros), pero sigue metiéndose en charcos. Bien. Uno de los grandes charcos de la actualidad es dar tu opinión sobre género, sexo y, sobre todo, transexuales. Empezó la escritora riéndose ... de la expresión «personas que menstrúan», diciendo que estaba segura de que solía haber una palabra para esas personas. Mujeres, vaya. La llamaron feminazi, terf, zorra, bruja, ya saben, lo normal. Y ella: «Los tiempos cambian, el odio a la mujer es eterno».

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Siguió: «Si el sexo no existe, no hay atracción entre dos personas del mismo sexo. Si el sexo no existe, la realidad vivida por las mujeres globalmente es borrada. Yo conozco y quiero a personas trans, pero borrar el concepto de sexo elimina la capacidad de muchas personas de discutir sus vidas de manera significativa. No es odio decir la verdad». Que si quieres arroz, J. K. O A .T. Asquerosa terf, el acrónimo para feminista radical trans-excluyente, es decir, feministas que excluyen a transexuales de su lucha.

En una serie española sólo había guionistas hombres y decidieron contratar a una mujer quizá porque los personajes femeninos les quedaban mal. Pensaron en una mujer guionista pero al final contrataron a otra. Y esto parece el episodio de la nadadora de 'The Good Fight' porque la mujer elegida es trans. O sea, prefirieron a una mujer que había hecho su transición hacía un par de años a una que lo llevaba siendo más de 30. Pero resulta que todo esto es enfrentar los derechos de las mujeres contra los derechos de las mujeres transgénero. Muy requetemal. Hay un libro de Géraldine Smith titulado 'Vu en Amérique. Bientôt en France'. Y desde luego en España.

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