El director general de EiTB se disculpa con quien haya podido sentirse ofendido por el capítulo aquel del programa 'Itxi Liburuak' en el que se sostenía que Barakaldo fue plenamente euskaldun hasta que la industrialización trajo gente «de fuera» y expulsó a los autóctonos, que ... al no poder trabajar en las fábricas por no saber español, tuvieron que irse «a América y a otros países». Debo decir que, al enterarme de semejante tesis histórica, no tuve tiempo de detectar el agravio o el disparate, ya que quedé al instante cegado por la realidad asombrosa que se abría ante mis ojos: todos esos barakaldeses decimonónicos subiéndose a un barco con la esperanza de que en Chile, Uruguay o Argentina al menos uno pudiese trabajar tranquilamente sin hablar español.

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Las disculpas que llegan de EiTB son abundantes y plausibles. Aunque hacen pensar en que puede pedirse perdón medio presumiendo de ser capaz de ofender. El presentador de 'Itxi Liburuak' ha grabado un vídeo de contrición muy cordial en el que entre otras cosas asegura que gracias a los inmigrantes, a los de entonces y a los de ahora, «somos lo que somos hoy». Muy bien visto. Pero el problema igual no es tanto el derecho de admisión en el pueblo elegido como que en la tele pública un programa de divulgación histórica, por más ligero que sea, haga pasar por hechos parábolas que deberían chirriarle a cualquiera. Porque la historia no suele ser un argumentario edificante. Y porque no descarten que cuando los romanos llegaron a Barakaldo se encontrasen al personal hablando en hispano-celta.

El programa 'Itxi Liburuak' tiene un planteamiento llamativo: «un famoso» da una divertida clase de historia. Igual eso también merece un poco de penitencia. Hay que celebrar en cualquier caso que se haya zanjado un episodio gravísimo que tampoco le importaba a nadie. Excepto a mí. Además de lo de los barakaldeses yéndose a América por cuestiones idiomáticas, me preocupaban los lemas. Los nuevos hallazgos historiográficos de la tele obligaban a ampliarlos hasta límites incompatibles con las camisetas, las canciones y los desplantes parlamentarios. «Somos los nietos de los obreros que no pudisteis matar; ya sabes, los nietos de los obreros que mataron por su parte el euskera en las zonas industriales del País Vasco». Como idea profunda, es inmanejable.

'PEGASUS'

Prieto y Navaja

La comparecencia del presidente del Gobierno para dar explicaciones sobre el espionaje a los independentistas fue bien. Duró varias horas, pero apenas se habló de 'Pegasus' porque es un tema antiquísimo, de hace diez o quince días, y a nadie le importa ya, más allá del teatrillo. El presidente dijo que lo del espionaje es una cosa entre el CNI y los jueces de la que él no sabe nada. Luego ya se enzarzó con el PP, que si la corrupción, que si los insultos, que si Rajoy. El PP respondió con la tesis extraña y reciente: Feijóo sí lo haría todo bien. Jaume Asens y Gabriel Rufián, en cambio, se atizaron con ganas. ¿Por el espionaje? No, por cosas suyas. Durante el debate se citó a Pedro Navaja, por el 'tumbao', y a Indalecio Prieto, por el revólver. Abascal reflexionó sobre la testosterona. Errejón teorizó. Otro día en la oficina.

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EDUCACIÓN

Los pactos

Gracias al pacto alcanzado entre Educación y los sindicatos, a partir del curso 2023-2024 en las aulas del País Vasco habrá menos alumnos y más horas de inglés y educación física. Suena bien y debería garantizarnos unas generaciones futuras cosmopolitas y atléticas. Como ambas virtudes son favorables a la huida, convendría que el Gobierno vasco fuese buscando también algún pacto para evitar que los vascos del futuro salgan corriendo, con tantas pensiones como van a tener que pagarnos a los demás. En la escuela vasca también habrá profesores responsables de innovación. Bien pensado. Doy por hecho que también los habrá a cargo del clasicismo. Y que del combate entre ambos surgirá necesariamente la excelencia.

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