Flores y pancartas

Pasando de las flores a las pancartas, lo que hasta ahora no ha sido ninguna madre, ni siquiera la de Gorki, es secretaria general de UGT. Tampoco de Comisiones, aunque Yolanda Díaz es hija del sindicato y vicepresidenta del Gobierno. Ayer asistió a la manifestación del 1 de mayo en Madrid, dando igual que coincidiese con el Día de la Madre. Lo digo porque a la manifestación del 8 de marzo no asistió porque coincidía con el cumpleaños de su hija. La conciliación puede ser en las altas esferas un modo de esquivar a los 'compas' de Podemos.

Lo bueno es, por supuesto, que los sindicatos volvieron a la calle como vuelve un poco todo, desde las veladas de boxeo a las fiestas masivas en Ibiza. Al tener a la ministra de Trabajo manifestándose a su vera, las reivindicaciones se dirigieron consecuentemente a los empresarios por el lado de la subida salarial. ¿Y lo del pacto de rentas contra la inflación? Ni idea. Asistimos últimamente a un fenómeno extraño: el diagnóstico excepcional justifica el tratamiento rutinario. Y la verdad es que a mí al menos me cuesta atender a las previsiones. Porque no se sabe lo que puede hacer la hora excepcional y austera con la estabilidad del Gobierno y porque ni siquiera sabemos si en dos meses, en lugar de pidiendo subidas salariales, estaremos bajo las bombas rusas pidiéndole al chef José Andrés que se estire y prepare al menos unas fabes.

El tiempo avanza indiferente y hay en el País Vasco adolescentes que se asombran al saber que existió alguien llamado Fernando Buesa, como el pabellón deportivo. No es tan extraordinario: tienen quince años y empiezan a enterarse de lo que pasa a su alrededor en un entorno que quiere olvidar lo que pasó. Sus familias y sus profesores cuentan con recursos como el Memorial de Vitoria para la pedagogía. Eso ayudará a lo inevitable, que tiene que ver con que el tiempo siga avanzando y sean esos jóvenes, o sus hijos, los que un día interpelen incrédulos a una sociedad que ya no podrá olvidar más. Llegarán entonces las preguntas complicadas y no tendrán que ver con cómo circula el aire en el agujero en el que encierras a un semejante 532 días, sino con cómo circuló durante décadas en un lugar en el que las calles se llenaban día tras día de gente que a los asesinos, además de vivas, les daba instrucciones: mátalos.

Después del exitoso 'Socialismo o libertad' de la campaña de las autonómicas madrileñas, Isabel Díaz Ayuso apuesta por 'Socialismo Free' para la presidencia madrileña del PP. No se puede hacer más con dos palabras. Tampoco con media idea. Ahora solo queda aclarar por qué el ciudadano que no es madrileño y del PP parece estar condenado a saber de una campaña que afecta exclusivamente a un partido y que en realidad es un trámite, al ser Ayuso la única candidata. Oigan, libertad para nosotros también, que no tenemos culpa de nada.