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Esperando a Bruselas

- EDITORIAL - ·

El consenso contra la crisis urge en la UE, pero también en España para que nadie entienda que las ayudas llegarán sin condiciones

El correo

Sábado, 20 de junio 2020, 01:34

El primer encuentro celebrado por el Consejo Europeo para abordar la propuesta de la Comisión de establecer un fondo de recuperación por importe de 750.000 millones de euros se convirtió ayer en una sesión de tanteo, sin aproximaciones sustanciales entre los gobiernos 'frugales' del ... norte y los más afectados por el coronavirus del sur. Solo cabe esperar que, al simultanearse esa negociación con la del marco financiero plurianual de la Unión hasta 2027, la doble discusión propicie el intercambio de renuncias entre los socios y no acabe empantanando al Consejo frente a la urgente dotación de medios para paliar cuanto antes los efectos económicos y sociales de la pandemia.

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La eventualidad de que los jefes de Estado y de gobierno de la UE no logren un acuerdo a lo largo de julio y la discusión sobre el fondo se posponga sería en sí misma desastrosa porque la incertidumbre generada y sus efectos en los mercados coincidirían con la dura realidad que se atisba en otoño. El tiempo corre en contra de las necesidades de la Europa posCovid y, en especial, de nuestro país. El erario español no cuenta con los recursos de que disponen otros socios. Y tampoco parece fácil alcanzar en el plazo de un mes un acuerdo unánime que contemple la cuantía financiera propuesta por la Comisión, su aportación mayoritaria mediante transferencias no reembolsables y su sujeción a condiciones generales que no disuadan a ningún país de recurrir a las ayudas. Es de esperar que Angela Merkel, que se hará con la presidencia rotatoria del Consejo Europeo el 1 de julio, dinamice las negociaciones.

Pero, siendo más que conveniente un acuerdo total sobre el fondo de recuperación que, cuando menos, asuma los planteamientos de Bruselas, el Consejo Europeo podría toparse con la resistencia de algunos gobiernos que intenten dilatar los trabajos hasta septiembre u octubre. Un supuesto que exigiría la habilitación, mientras tanto, de partidas inmediatas que no contradigan el acuerdo final. Charles Michel quiso mostrarse ayer optimista al «observar que hay un consenso emergente», que según el primer ministro portugués, António Costa, pasa por que nadie cuestiona la idea de una deuda mancomunada. Un consenso que urge en España para que nadie entienda que los 140.000 millones que corresponderían a nuestro país serían una donación sin condiciones al Gobierno de Pedro Sánchez.

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