![El Rey se equivocó el domingo](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202003/20/media/cortadas/rey-U708224730105ZE--300x186@El%20Correo-ElCorreo-kaSB-U100605321780RHE-624x385@El%20Correo.jpg)
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Ante la gravísima situación de emergencia que se estaba generando tras la extensión incontrolada del coronavirus, el presidente Sánchez anunció el pasado viernes que al día siguiente el Gobierno decretaría el estado de alarma. Antes de comunicar la decisión a la ciudadanía, informó con detalle ... al Rey de la situación.
Para cualquiera que se guía por el sentido común, la declaración de este estado de alarma sería razón más que suficiente para relegar a segundo lugar cualquier otra preocupación o interés del Rey y dar absoluta prioridad a la situación de emergencia. Sin embargo, en la Casa Real las preocupaciones y las prioridades eran otras. El día 15 de marzo, domingo, el Rey emitió un comunicado en el que intentaba protegerse y proteger su reinado ante los turbios y, a buen seguro, ilícitos negocios del rey Juan Carlos I durante su reinado. No fue una equivocación inocente. Estamos ante una decisión pensada, que respondía a la convicción de que realizada la declaración de 'cortafuegos' el escándalo se diluiría en ese mar de depresión que vive la sociedad.
Sin embargo, creo que el Rey cometió un grave error el domingo al anteponer su interés para quedar bien ante las corruptelas de su padre, a su intervención pública de este miércoles. Primero, porque pone de manifiesto el orden de prioridades del Rey, máxime cuando los asuntos turbios que afectan a la Corona vienen de lejos y podían esperar. Segundo, porque trasladar al miércoles su mensaje después de la sesión del Congreso se convertía en pura retórica sin valor añadido, sin ni siquiera el de la originalidad. Tercero, porque el comunicado del domingo, lejos de representar una muestra de transparencia y ejemplaridad, representa una reacción estamental en defensa de su persona y de su reinado, más que una contribución seria desde la Casa Real al esclarecimiento de los hechos oscuros e ilícitos en los que ha estado involucrada la Corona. No es una muestra de transparencia que el Rey saque el comunicado un año después de que recibiera una carta donde se le informaba de su condición de beneficiario de los fondos de la 'Fundación Lucum'. No es ejemplaridad afirmar que el Rey renuncia a la herencia de su padre, pues sabe que la renuncia solo es legal y válida cuando se realiza tras el fallecimiento del causante y realizado en escritura pública. Además, como conocen sus asesores, la repudiación no impide que los derechos sobre la herencia pasen a las hijas de Felipe VI por sustitución vulgar si así lo establece Juan Carlos. Y el rey Felipe no puede imponer a la sustituta la renuncia, aunque esta fuera menor de edad, sin autorización judicial.
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