Entrar y salir

Ayer la Ertzaintza volvió a desmantelar 'la banda del Kay'. Es, por supuesto, una manera de hablar. Lo que hizo la Ertzaintza fue detener a cinco de sus miembros. Les acusan de ochenta robos con fuerza y más de treinta sustracciones de vehículos. Suman entre los cinco 114 arrestos anteriores. Son, ya se ve, grandes números. Esta última operación policial arrancó en verano y se denominaba 'Kaia', que suena parecido a Kay. También podría haberse llamado 'Kaiola', que significa 'jaula', pero supongo que a estas alturas los agentes no se hacen ilusiones ni titulando. Quizá intuían que la jaula podía salir defectuosa. Ya fuese por una cosa o ya fuese por otra. Pues dicho y hecho: las detenciones se llevaron a cabo el lunes y el miércoles por la mañana los detenidos estaban en libertad provisional, con cargos, sin fianza y con la obligación de pasarse por el juzgado cada quince días, si es posible en un coche que sea realmente suyo.

Que delincuentes tan constantes como 'la banda del Kay' puedan pasar de un modo tan fugaz por los juzgados es algo que, no solo escandaliza a la ciudadanía, sino que termina alimentando pulsiones contraproducentes. Lo estamos viendo. Por más que los jueces solo deban explicarse en las sentencias, siempre sorprende que la Justicia no dedique más esfuerzo a la pedagogía. Hacerlo no sería tanto un gesto como una necesidad.