Ejercicio de responsabilidad

Mañana lo hará con EH Bildu, el aliado más improbable, que frustró a última hora el proyecto de 2019. Euskadi necesita recuperar la estabilidad política de la que ha presumido en los últimos años, socavada por el clima de crispación propio de las pugnas electorales que ha dinamitado la 'geometría variable' en la que se había apoyado un Gobierno vasco en minoría. La aprobación de los Presupuestos contribuiría a restaurar la normalidad y a afrontar nuevos retos tras una etapa de parálisis que conviene superar cuanto antes. Pero la consecución de un acuerdo no será sencilla por las deterioradas relaciones entre las fuerzas políticas y los cálculos de la oposición y del Ejecutivo sobre si, con unas elecciones ya a la vista -la fecha límite es septiembre de 2020-, les interesa más la confrontación o el acuerdo. El bien común de la ciudadanía debería primar sobre los legítimos intereses de los partidos. Por ello resulta deseable explorar las posibilidades de entendimiento que ofrecen unas Cuentas a las que la favorable marcha de la recaudación fiscal otorga un apreciable margen de maniobra para la mejora de los servicios públicos y la puesta en marcha de nuevos proyectos, sin renunciar al rigor en el control del déficit. Y para intentar desbloquear reformas pendientes. Todo un ejercicio de responsabilidad que pondrá una vez más a prueba a las fuerzas políticas.