Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada por la avería de un camión

La ley del 'sólo sí es sí' entró en vigor hace cien días. Y pronto serán doscientos los agresores sexuales que gracias a ella han visto reducidas sus condenas. Alrededor de una veintena se han visto directamente en la calle. Ayer la portavoz Rodríguez y ... el estratega Bolaños lo definieron así: «Efectos indeseados». Como un efecto indeseado es la consecuencia de una acción desacertada y una acción desacertada es un error, podría detectarse en sus palabras algo lejanamente parecido a una asunción de culpa. El problema es que un error en el Código Penal es tan grave que importa más la rectificación que la confesión. Manuela Carmena explicó ayer por qué la ley no se modifica: «Aquí ha habido una actitud de soberbia infantil». No tardó la ministra de Derechos Sociales en demostrarle que estaba equivocada: la soberbia no es infantil sino oceánica. Y tiene que ver con el fanatismo antes que con la inocencia. «Nunca me habría esperado de una persona como Carmena que estuviera en contra de la ley del 'sólo sí es sí'», dijo Ione Belarra argumentando sin inmutarse de modo fraudulento y activando lo que es ya un resorte constante en Podemos: evitar la refutación de la crítica señalando personalmente al emisor. La víspera, Victoria Rosell había anunciado que las víctimas podrán solicitar que les coloquen dispositivos de control telemático a sus agresores excarcelados. Lo hizo definiendo las excarcelaciones como «sorpresivas», lo que hace pensar en que no las decidieron jueces aplicando la ley del Gobierno, sino grupos de magos sacando sentencias de las chisteras bajo los efectos del LSD. Lo corroe todo esa interpretación de la política como un juego privilegiado en el que cualquier cosa puede taparse con estrategias de comunicación que sulfuren al rival y cierren las filas propias. De ese modo, las pulseras no llegan, si llegan, para paliar los errores de una ley precipitada, sino porque la ley es «sólida». Lo dijo ayer Ione Belarra. Con doscientas rebajas de condena, roza ya el delirio cómico. Como si el médico que te ha amputado un brazo operándote de apendicitis te anunciase que va a ponerte una prótesis pero en ningún caso porque a ti te falte un brazo o porque la operación de apendicitis no fuese un gran éxito que transcurrió según lo previsto.

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España

Ser tiñoso hoy

Un brote de tiña recorre España. Lo larga que se nos está haciendo la posguerra. Aunque ahora el problema no tiene que ver con la miseria sino con la clase de abundancia que obliga a los jóvenes a ir a la peluquería cada dos días a perfeccionarse el degradado. Que alguien no esté desinfectando bien esas maquinillas explica el 'revival' de la tiña. No es una enfermedad grave, pero sí una muy contagiosa. Y una que da mucho repelús. Su nombre no viene de 'teñir' sino de 'tenia', o sea, gusano. Aunque el causante sea un hongo. Es que el picor debe de ser como de gusano. Si por coherencia alguien quiere un remedio 'vintage' para la infección, Alfonso X recomendaba en su 'Lapidario' rallar un poco de oro en la comida del que «es tiñoso o ha una otra enfermedad que se mesan los cabellos» y también del que padezca «tremor de corazón». Ya podía volver el tremor de corazón. Suena a sutil dolencia de juglar. Mucho más elegante.

CIS

Ciencia social

Esta pregunta del CIS: «Y de forma general, ¿está usted a favor o en contra de que los jueces del Constitucional puedan prohibir al Parlamento debatir leyes?» Tezanos desatado. Su descaro impide ya el juicio, solo admite la celebración: es 'El Dioni' demoscópico. ¿Cómo serían las preguntas que desechó por tendenciosas? «Hablando de todo un poco, y dejando a un lado que 'Feijóo' tiene las mismas letras que 'Hitler', ¿aprueba que Pedro Sánchez le haya salvado a usted de morir en la pandemia, en el volcán y bajo las bombas rusas en Ucrania?».

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