Vacunación mundial
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La voluntad política debería conciliar la eventual necesidad de una inmunización de refuerzo con la protección en los países desfavorecidosEL CORREO
Viernes, 6 de agosto 2021, 00:39
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Editorial ·
La voluntad política debería conciliar la eventual necesidad de una inmunización de refuerzo con la protección en los países desfavorecidosEL CORREO
Viernes, 6 de agosto 2021, 00:39
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a las compañías fabricantes y a los países que controlan el suministro global de vacunas una moratoria para la tercera dosis hasta finales de septiembre, en un momento en que la pujanza de la variante delta ... lleva a la comunidad científica a sopesar una campaña de refuerzo, sobre todo a la población más vulnerable por inmunodeficiente. El planteamiento como tal de no aplicar una tercera inyección hasta que todos los países del mundo hubieran alcanzado la inmunización del 10% de sus habitantes no ha encontrado eco en Occidente. Alemania, Francia e Israel desatienden la recomendación y casi con seguridad otros países avanzados harán oídos sordos al llamamiento. La pandemia ha puesto de nuevo de relieve los sangrantes desequilibrios de la globalización. En España, están vacunados con pauta completa cerca del 59% de los ciudadanos (casi el 69% con una sola dosis). En el mundo, la inmunización integral no llega al 28% de las personas y en África ni se ha alcanzado el 5%. En Chad empezaron el proceso en junio, y en Tanzania, Libia, Eritrea o Burundi ni siquiera ha podido arrancar. Una débil esperanza reside en la posición de EE UU: proteger a la propia población y ser solidario con los más desfavorecidos no son objetivos excluyentes si media la suficiente voluntad política.
La vacunación de los países postergados no se conseguirá por el solo hecho de que los desarrollados ralenticen sus programas. La capacidad de producir sueros no se ha agotado y lo que falta son recursos y logística para la fabricación y la compleja distribución de unos fármacos de manejo delicado. Consciente de ello, la propia OMS impulsó la creación de Covax, una iniciativa público privada que está quedándose muy por detrás de las metas fijadas. El año pasado, más de 200 personalidades de todo el mundo ya pidieron una reunión especial del G-20 para plantear la vacunación masiva global. Otras iniciativas han sugerido al G-7 que asuma el liderazgo, pero de momento no existe una acción unitaria y eficaz. Será necesaria una mayor insistencia por parte de la OMS, que obtenga y canalice recursos y vacunas hacia las zonas más necesitadas de protección. El objetivo debería fijarse en lograr las pautas de inmunización que la ciencia establezca a nivel mundial, porque es el único camino para combatir el virus de forma eficaz y solidaria.
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