La aprobación por una amplia mayoría del Congreso de la denominada ley del 'solo sí es sí' consagra en términos jurídicos lo que debería ser norma social: que solo son admisibles las relaciones sexuales fruto del consentimiento de quienes las protagonizan y jamás las que ... se imponen; en este caso, al 'no' de la mujer. La diferente interpretación realizada por los tribunales de la agresión de 'La Manada' en los Sanfermines de 2016 evidenció que no existía un vacío legal como tal, sino diferentes criterios judiciales. Pero esta misma constatación apuntó a la necesidad de precisar el marco normativo a fin de que la sucesión de penetraciones a una joven en estado ebrio fuera castigada sin duda como lo que era: una violación. La relevancia de una ley que regula la práctica de la sexualidad explica el profuso debate jurídico y las reservas ante situaciones que pudieran dar lugar a equívocos. Pero la norma constituye un avance porque solo ampara la libre voluntad en el contacto íntimo y protege a las mujeres de tener que soportar no ya las agresiones más lacerantes camufladas de sexo libre, sino otras actitudes pretendidamente leves que vulneran su derecho a que no las toquen si no quieren.

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