La abierta determinación de Pekín de acallar el movimiento de protesta que protagonizó en el último año y medio multitudinarias manifestaciones en Hong Kong, escenificada ya en su momento con la represión en las calles, ha despojado además al órgano legislativo de la región administrativa ... especial incluso de la mínima apariencia de representación democrática. La ley de seguridad nacional que aprobó en junio el Parlamento chino avanza como una apisonadora sobre las desmoralizadas filas de una oposición a la que la pandemia expulsa del escaparate público y la exigencia de lealtad al régimen impide el acceso a una Cámara legislativa que, además, cumplirá el trámite de renovarse un año después de lo previsto. EE UU, la UE y Reino Unido -la antigua potencia que ve reducido a cenizas el acuerdo de devolución de la colonia- solo reiteran sus condenas. Y las sanciones económicas redobladas por Trump en realidad minan la solidez de una plaza financiera cuyos activos y capital humano tratan de atraer ambiciosos vecinos como Japón, de momento con poco éxito. Canadá, al menos, flexibiliza la vía de la inmigración para los hongkoneses asfixiados por el designio implacable de Pekín.
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