Obesos y vulnerables

Que cuatro de cada diez niños españoles sean obesos y que el 20% de aquellos que tienen entre seis y nueve años sufran sobrepeso son dos datos lo suficientemente preocupantes como para justificar el plan estratégico que ha presentado el Gobierno a fin de afrontar ... un problema trivializado durante demasido tiempo. Debería resultar aleccionador que esa cifra de menores cuya báscula se sitúa por encima de lo saludable conviva con el número creciente de adolescentes que padecen desórdenes alimenticios como la anorexia o la bulimia. El bienestar de una sociedad también se define por lo que comen sus ciudadanos y por cómo lo hacen; y la obesidad infantil corre el riesgo de cronificarse configurando un perjudicial hábito de vida. Existen múltiples factores que pueden coadyuvar al sobrepeso en los menores. Pero es particularmente inquietante que estén expuestos a este riesgo de manera más acusada los que viven en entornos frágiles. La vinculación entre peso inadecuado y pobreza apunta a una dieta deficiente por falta de recursos y por una mayor vulnerabilidad ante las dificultades. Un nuevo factor que alerta sobre cómo la desigualdad puede seguir condicionando el desarrollo desde la niñez.