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El impacto de la guerra en Ucrania en los precios y la actividad, más intenso y duradero del previsto, condiciona el final de la legislaturael correo
Lunes, 13 de junio 2022, 00:02
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Editorial ·
El impacto de la guerra en Ucrania en los precios y la actividad, más intenso y duradero del previsto, condiciona el final de la legislaturael correo
Lunes, 13 de junio 2022, 00:02
Las elecciones andaluzas del próximo domingo tendrán una incuestionable influencia en el desarrollo del año y medio que en teoría le resta a la actual legislatura. Pero, además del 19-J y de la habilidad de Pedro Sánchez para asegurar su precaria mayoría parlamentaria, cuarteada ... por un acentuado desgaste en la relación con sus socios, si algo determinará el futuro político a corto plazo será la evolución de la economía, cuyo horizonte aparece sensiblemente más sombrío del que esperaba el Gobierno. La sucesión de olas del covid retrasó una recuperación lastrada ahora por la guerra en Ucrania, cuyo impacto en el crecimiento y en un alza desorbitada de los precios se presenta no solo más intenso, sino mucho más duradero del augurado inicialmente. Ese pronóstico es compartido por diversos organismos -los últimos, la OCDE y el BCE-, hasta el punto de que la drástica rebaja de las previsiones enviadas a Bruselas se antoja ahora un ejercicio de excesivo optimismo.
Sánchez confiaba en que, después de una pandemia devastadora que ha condicionado su gestión, pudiera enfilar la recta final de su mandato aupado a una acelerada expansión de la actividad que, junto a la inyección de los millonarios fondos europeos, le allanase el camino hacia las urnas. El PIB aún crece con vigor, aunque se ha desacelerado de forma notable y lo hará más en los próximos meses por los efectos colaterales de la guerra, según una extendida coincidencia. El Ejecutivo está en condiciones de exhibir una sustancial mejora del mercado de trabajo, de la calidad del empleo creado tras la reforma laboral y del salario mínimo, junto a otros logros sociales. Pero hasta los indicadores más favorables palidecen de cara a la opinión pública frente al desbocado aumento de la inflación, que se ha extendido de la energía al conjunto de la cesta de la compra, empobrecido de golpe a las familias y alimentado el malestar social.
Lejos de ser pasajero, como sostenía La Moncloa, el tirón de los precios perdurará hasta el próximo año, según todos los pronósticos, sin que vaya a ser compensado por el alza de los salarios. Mientras, se suceden las presiones contra la revalorización de las las pensiones con el IPC por su alto coste. La subida de los tipos de interés y la suspensión de las compras masivas de deuda por parte del BCE completan un cuadro preocupante no solo para las expectativas electorales de Sánchez, aunque no quepa atribuirle de lleno el deterioro de la situación, sino para el país.
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