El megabrote registrado por viajes de fin de curso a Mallorca, saldado por ahora con 530 contagios en Euskadi y otras seis comunidades y más de 2.000 personas aisladas, constituye una seria advertencia sobre los riesgos que conlleva el temerario incumplimiento de las medidas ... preventivas para contener la pandemia. Numerosos afectados han reconocido su asistencia a fiestas, conciertos y otros encuentros de diversa índole, mayoritariamente en espacios cerrados, en los que la obligación de portar mascarilla fue desoída de forma generalizada, al igual que otras recomendaciones higiénicas destinadas a evitar la transmisión del virus. El resultado de semejante irresponsabilidad ha de estar muy presente en la actitud de los ciudadanos cuando a partir de hoy queda suprimido el deber de usar tapaboca en la vía pública siempre que exista una distancia mínima de 1,5 metros con personas no convivientes.
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La masiva infección de Baleares, donde este mes han coincidido miles de estudiantes de la Península tras realizar los exámenes de Selectividad, demuestra que ni el covid ha desaparecido ni los jóvenes son inmunes a él por mucho que esté extendida entre ellos la ilusoria percepción contraria. Se da, además, el agravante de que la campaña de vacunación, cuyos frutos son bien visibles, aún no ha comenzado en este colectivo, un motivo adicional para respetar las normas dictadas por las autoridades sanitarias y para que la prudencia gane la batalla a la inconsciencia. Porque comportamientos tan reprobables como los repetidos en Mallorca no solo representan un peligro para la salud de quienes los protagonizan, sino para la de cuantos les rodean. Resulta escandalosa la inacción de los empresarios de actividades de ocio -hosteleros incluidos- al consentir, cegados por el deseo de hacer caja, la sistemática vulneración de las disposiciones vigentes, lo que les expone ahora a eventuales sanciones.
Euskadi registró ayer la mayor cifra de contagios en dos semanas: 217. Una tercera parte de ellos se produjo entre jóvenes de 17 y 18 años en fechas coincidentes con las fiestas de fin de curso, lo que ha de ser motivo de reflexión para ellos y sus familias cuando la pandemia encara su recta final. Bajar ahora la guardia solo servirá para retrasar la ansiada normalidad. El levantamiento de la prohibición de las mascarillas en la vía pública a partir de hoy pondrá a prueba una vez más la madurez de la ciudadanía.
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