Libertad frente a sinrazón

La amenaza enviada a la ministra de Industria, Reyes Maroto, designada para integrar un hipotético gobierno de Madrid presidido por Ángel Gabilondo, elevó la ya ... alta tensión en que se desarrolla la campaña para las autonómicas después de las cartas con balas recibidas por Pablo Iglesias, Fernando Grande-Marlaska y María Gámez. La normalidad democrática debe imponerse a la espiral y solo hay una forma de conseguirlo: que todas las fuerzas con representación institucional, y que concurren a las urnas del 4-M, condenen sin matices los actos de amenaza violenta denunciados. Porque toda declaración que contextualice una acción de este tipo concederá sentido a la sinrazón. La condena sin matices de todo lo que atente contra el pluralismo y la exposición razonada de posturas legítimas ante hechos verificados es la condición a partir de la que esas mismas fuerzas políticas han de atender a la demanda común de los ciudadanos ante un proceso electoral. El interés político de un grupo deja de ser legítimo a medida que alienta el enfrentamiento más enconado, se entrega al falseamiento de la realidad sobre la que han de operar las instituciones o suplanta la discusión franca de propuestas por la colisión entre universos ideológicos incompatibles.