La reiterada exhibición de fotos de presos de ETA durante la Korrika y la participación en ella del exjefe de la banda 'Josu Ternera' portando el testigo a su paso por Baiona constituyen gratuitas afrentas a las víctimas del terrorismo y a la convivencia democrática, ... como bien subrayó ayer el Gobierno vasco. Una vez más, la izquierda abertzale y su entorno han desmentido con hechos sus palabras de empatía con el dolor de los damnificados, sustituidas en la práctica por un nuevo ensalzamiento de la violencia mediante públicas muestras de reconocimiento a quienes la han ejercido con saña durante décadas y ahora cumplen por ello penas de cárcel. Una vez más, sus ataduras con un turbio pasado les han hecho insensibles a la más que justificada indignación de las víctimas al ver pisoteadas la memoria y la dignidad que les corresponden por su condición de tales. La excusa de que «es imposible controlarlo todo», esgrimida por los organizadores de la Korrika, carece de credibilidad. Flaco favor le hacen al euskera los intentos de politizarlo, con los que algunos sectores parecen ignorar que se trata un valioso patrimonio de todos los vascos al margen de cuál sea su ideología.
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