Iñigo Urkullu y Elixabete Etxanobe. Blanca Saenz de Castillo

Vaivenes incomprensibles

Los mensajes contradictorios del PNV sobre el Guggenheim de Urdaibai generan confusión y son impropios de un partido serio

Jueves, 25 de enero 2024, 00:12

Conforme se acercan unas elecciones, crece la tentación de interpretar desde ese prisma cualquier decisión o anuncio de las instituciones y de los partidos que compiten en las urnas. Tal era el caso de la sorprendente comunicación del lehendakari y la diputada general de Bizkaia, ... tras su inusual encuentro del lunes, de que el Guggenheim de Urdabai quedaba aparcado dos años a la espera de contrastar su viabilidad, que no había sido puesta en tela de juicio desde que surgió la idea en 2008. Resultaba inevitable vincular la medida con la contestación social generada por el proyecto y con el supuesto interés del PNV en no suscitar posibles agravios territoriales en puertas de unos comicios que se presumen muy reñidos. Sin embargo, los mensajes lanzados horas después por destacados dirigentes jeltzales, absolutamente contradictorios con los expuestos por Iñigo Urkullu y asentidos por Elixabete Etxanobe, desmontan esa teoría y no solo causan perplejidad, sino que dejan en evidencia a un partido que presume de serio.

Publicidad

Fueron el Gobierno vasco y la Diputación vizcaína quienes en diciembre plantearon «de la mano» al Patronato del museo darse un plazo para determinar si su expansión era «factible». O Sabin Etxea desconocía la propuesta o no vio su trascendencia. Cualquiera de las dos hipótesis parece poco probable. No hay forma de conciliar ese acuerdo con la «apuesta firme» por una ampliación sin «obstáculos insalvables» en el horizonte y garantizada «al cien por cien», en palabras de Itxaso Atutxa y portavoces del Gobierno foral, ni con las clamorosas dudas del lehendakari al «no haber un proyecto concreto». Esos vaivenes públicos en el PNV sobre una iniciativa de tanto relieve son tan insólitos como difíciles de entender. Máxime cuando Urkullu está de salida en Ajuria Enea y su sustituto como cabeza de cartel, Imanol Pradales, es un fervoroso defensor del proyecto.

Las torpes excusas esgrimidas, como los próximos cambios en la Fundación Guggenheim de Nueva York, no justifican un galimatías que denota nerviosismo y alimenta las sospechas de un relevo en las listas jeltzales menos pacífico de lo que se quiere transmitir. Las instituciones implicadas han de aclarar con total nitidez su postura sobre el nuevo museo de Urdaibai, una polémica en la que el PNV -como ya le sucediera con la gestión de la sanidad- ha quedado desprovisto del aura especial que le acompañaba para comportarse como un partido cualquiera.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad