Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La Comunidad Política Europea se ha reunido en Granada con la presencia de 45 presidentes y primeros ministros de la UE y de países limítrofes. La ciudad elegida para esta cumbre representa toda una declaración de intenciones para el entendimiento. La presencia del líder ucraniano, ... Volodímir Zelenski, ha permitido recordar que la unidad de Europa fue la respuesta que este continente ofreció para que no se repitieran los horrores de la II Guerra Mundial. Ello cuando la frontera entre Azerbaiyán y Armenia amenaza con convertirse en el escenario de una nueva agresión tras la huida de la población armenia de Nagorno Karabaj. La ausencia del presidente azerbayano, Ilham Aliyev, y del turco Recep Tayyip Erdogan por temor a que Alemania y Francia insistiesen en hallar una solución al conflicto es reveladora de las tensiones que rodean a Europa. También de las dificultades de los socios de la Unión para dejar patente su posición en los aledaños de los Veintisiete cuando la eventual inclusión de Armenia en la lista de los aspirantes a entrar en la UE parece más una vaga promesa de consolación que una respuesta sólida ante la entente entre Bakú y Ankara en la frontera con Rusia.
Las palabras con las que Zelenski describió la amenaza del Kremlin llevan rondando la mente de los mandatarios europeos desde que se anunció la «operación militar especial» y se conocieron la pretensión de Putin de cronificar su guerra sobre el sacrificio de miles de vidas rusas, las esperanzas que el autócrata sigue depositando en la división de las sociedades abiertas y sus continuas injerencias armadas en los territorios vecinos. La cita de ayer y hoy en Granada era imprescindible y, en esa medida, decisiva. Pero no parece suficiente para persuadir a quienes cercan Europa desde fuera o debilitan su naturaleza democrática desde dentro de que les interesaría más cejar en uno y otro empeño.
Zelenski fue claro al presentar las líneas de defensa de Ucrania y los avances logrados en la contraofensiva como la barrera que Europa no puede dejar traspasar a Rusia. Sus peticiones para que la ayuda en armamento asegure el cielo ucraniano ante el invierno y sus llamadas a la unidad de todos los presentes resonaron en Granada. Se oyeron, sin duda, en la Europa europeísta. Pero es más dudoso que el encuentro se perciba como un signo de fortaleza de las democracias al otro lado de las divisorias que Moscú trata de levantar cada día a base de trincheras híbridas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.