La renuncia de Yolanda Díaz al liderazgo de Sumar es consecuente con el descalabro de la marca en las elecciones europeas, en las que superó en solo un escaño a Podemos, y con la sucesión de varapalos encadenados en las autonómicas gallegas, vascas y catalanas ... que reflejan su debilidad. Al apartarse su principal referente apenas dos meses y medio después de la asamblea fundacional, queda en el aire el futuro de la plataforma creada a la medida de la vicepresidenta, quien justificó su salida en que «la ciudadanía ha hablado», pero seguirá en el Gobierno. Sumar nunca ha hecho honor a su nombre desde que nació sin la incorporación de los morados. Izquierda Unida, que aporta el grueso de los votantes, y Más Madrid discrepan de su modelo organizativo y de una toma de decisiones «poco democrática» en una formación cuyo acentuado perfil personalista no se corresponde con el escaso arrastre mostrado por Yolanda Díaz en las urnas y que ha evaporado en un tiempo récord las expectativas con las que surgió. El naufragio del 9-J ha dejado a IU por primera vez fuera del Parlamento Europeo y a Sumar con respiración asistida, lo que está por ver si es un seguro o un problema para Pedro Sánchez.
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