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El ataque con pintura al monolito instalado en el campus de la UPV en Vitoria en recuerdo al exdirigente del PSE-EE Fernando Buesa y a su escolta, Jorge Díez Elorza, asesinados por ETA en 2000, demuestra que el discurso del odio sigue instalado en ... sectores de la sociedad vasca, afortunadamente más minoritarios cada día, todavía seducidos por la violencia pese a la desaparición de ETA tras ser derrotada por el Estado de Derecho. Agresiones de ese tipo representan una repugnante afrenta a las víctimas y su memoria, y merecen la más contundente condena.
Además, recuerdan la necesidad de mantener un firme discurso de deslegitimación del terrorismo sin falsas coartadas ni manipulaciones históricas, y un alto nivel de exigencia con una izquierda abertzale normalizada en el juego político nacional pese a su resistencia a dar pasos en ese sentido. El acto de vandalismo coincidió con el anuncio de que un parque de la capital alavesa recibirá el nombre del exconcejal del PP Miguel Ángel Blanco, otra víctima de la barbarie etarra. El hecho de que una buena parte de los jóvenes vascos no sepan quién fue, según reveló en su día un estudio, refleja carencias tan serias como injustificables.
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